Aunque el 1 de abril de 1939 el general Francisco Franco daba por terminada la Guerra Civil, la paz estuvo muy lejos de llegar al país. La fuerte represión supuso que muchos militares republicanos buscaran refugio en las zonas montañosas de la provincia de Toledo, al igual que ocurrió en el resto de España. A ellos se unieron huidos de las cárceles franquistas, que fueron formando, hasta 1944, pequeñas partidas que actuaban con independencia, sin organización política y, en un primer momento, por pura supervivencia. Sus principales actuaciones se centraron en el robo en casas de campo para proveerse de alimentos, dinero y armas y, en ocasiones, secuestraron a personas adineradas para cobrar el rescate y comprar determinados productos a sus enlaces.
Aunque fueron numerosas las partidas que surgieron en este tiempo, pocas fueron relevantes. La Guardia Civil fue la encargada de reprimir y eliminar sistemáticamente a los guerrilleros, incrementando sus efectivos entre 1940 y 1941 para tal fin. El 16 de febrero de 1941 daban muerte a Sotero Muñoz Lorente “Francisquillo” y a Ramón López Delgado “Pata” o “El Cojo de Hontanar”, que estaban ocultos en un chozo en la finca de Las Hiruelas, cerca del término municipal de Hontanar, de donde ambos eran naturales.
Autora: LPG