La depuración franquista del magisterio durante y después de la guerra civil formó parte de la política educativa impulsada por el régimen y estuvo dirigida a erradicar cualquier influencia izquierdista y republicana en las nuevas generaciones, así como a garantizar que el sistema educativo respondiera a los valores del nacional-catolicismo. Esta represión afectó profundamente a los docentes, pues fueron sometidos a procesos administrativos de investigación y sanción por su ideología, afiliación política y conducta moral mientras vivían sumidos en la incertidumbre económica.
En el caso de Albacete, la depuración afectó a 697 maestros que ejercían en los pueblos de la provincia. En base a una muestra de 34 expedientes, las principales acusaciones que aparecen son las siguientes: en el amplio campo de “ideología de izquierdas” el 65% de los casos; rechazo a la causa nacional 60%; militancia en organizaciones republicanas 47%; prácticas religiosas, ateísmo o laicismo en las aulas 43%; y enseñanza con métodos o planteamientos pedagógicos “inaceptables” el 21%. Y entre las sanciones impuestas, los porcentajes se reparten de la siguiente forma: separación absoluta del servicio el 7%, inhabilitación temporal el 8%, traslado forzoso el 13%, inhabilitación para cargos directivos el 4% y otras sanciones 0,6%.
Si aplicamos una variante de análisis basada en el género, las sanciones fueron aplicadas a más maestros (39%) que a maestras (15%). Este dato es relevante si tenemos en cuenta que el proceso afectó a una proporción similar de maestros y maestras, con aproximadamente 350 docentes depurados por género.
En términos generales, el análisis de la depuración en esta provincia revela una homogeneidad en la severidad de las sanciones, donde en todos los partidos judiciales el porcentaje de los sancionados superó el 27%.
Autora: LMC
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