El proceso político y legislativo de la Transición

La muerte de Francisco Franco en noviembre de 1975 se produjo en un momento de profunda crisis de su régimen dictatorial, aquejado de una gran división interna entre ultras y aperturistas y sometido a cada vez mayores dosis de oposición y conflictividad social. En este contexto, las reformas anunciadas por el gobierno de Arias Navarro, que no implicaban la democratización completa, fracasaron ante la oposición de gran parte del país. El Rey Juan Carlos I, jefe del Estado retiró su confianza a Arias Navarro, al que sucedió Adolfo Suárez. El proyecto de Suárez fue el de llegar a la democracia “de la ley a la ley”, es decir, utilizando los instrumentos del régimen para desmantelarlo. La “Ley para la Reforma Política”, primera pieza clave del proceso, fue aprobada por las Cortes de la dictadura y sometida a referéndum plenamente democrático en diciembre de 1976. La legalización del Partido Comunista de cara a las siguientes elecciones, las de junio de 1977, aseguró que las Cortes nacidas de estos comicios fueran representativas. Los Pactos de la Moncloa de 1977, una serie de medidas reformistas acordadas por todos los grupos parlamentarios, y la redacción y aprobación por referéndum de la Constitución de 1978, cerraron el proceso de construcción legal del régimen democrático. La siguiente etapa se caracterizó por la consolidación de la democracia. En 1979 se celebraron nuevas elecciones generales y las primeras municipales, mientras que las autonomías se configuraron a diferentes ritmos entre 1979 y 1981. El fracaso del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 marcó el fin de la amenaza militar sobre la democracia y reforzó a la sociedad civil y la imagen de la Corona. La victoria del PSOE en 1982 puso el broche al proceso legal y político de la Transición asegurando que la izquierda también podía acceder al poder.

Autora: ACP