Fosa en el cementerio de Daimiel

Monumento a las víctimas de Daimiel. Fuente: Mapas de Memoria.

La fosa en el cementerio de Daimiel se abre entre los años 1939 y 1941 con los restos con los restos de 147 víctimas de la represión en la localidad. El caso de Daimiel supone en cierto modo un modelo excepcional: el trabajo lo realizó, en un primer momento, Tiburcio Ruiz de la Hermosa, párroco de la Iglesia de Santa María, quien buscó que los cuerpos fuesen enterrados de forma relativamente digna y con el registro adecuado. Sin embargo, la represión en Daimiel alcanzó cotas muy superiores, hasta el punto de que el partido judicial tuvo que triplicar el 19 de febrero de 1941 el número de jueces militares.

Con la Transición, la fosa de Daimiel sufrió una importante transformación: el 14 de mayo de 1979 se aprobó el derribo de las tapias de separación entre el cementerio civil y católico; y a lo largo del año siguiente se realiza la construcción del memorial, marcado por la problemática y el conflicto en el ayuntamiento hasta el punto de que los promotores de su construcción tuvieron que destruir elementos fijos. La fosa posteriormente se trasladó a un lateral del cementerio tras el derribo de la tapia donde se encontraba.

En Ciudad Real, el número de fosas localizadas asciende a 62, en las que se han encontrado, según el Mapa Estatal de Fosas, 3158 cuerpos. Sólo el 4% ha sido exhumado al completo. Dentro de la provincia se aprecian marcadas diferencias en torno al tamaño de las fosas: mientras que la fosa de Ciudad Real alberga el 35% de las víctimas totales de la provincia, la de Alcázar de San Juan contiene 12% y la de Almodóvar del Campo se sitúa en tercer lugar con el 8% de las víctimas, la mayor parte de las fosas suelen ser de pequeño tamaño y algunas de ellas contienen tan sólo los cadáveres de miembros de partidas guerrilleras ejecutados individualmente o en pequeños grupos. Además, de las fosas contabilizadas para la provincia de Ciudad Real, 7 fueron trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. 

Autor: RAL

Fosa en el cementerio de Tomelloso

Cementerio de Tomelloso. Fuente: Mapas de Memoria

La fosa del cementerio de Tomelloso contó con 15 víctimas. Se abrió el 16 de enero de 1940 con la muerte en prisión de Mariana Antón Ortega. Los diferentes cuerpos fueron enterrados en diferentes áreas y sepulturas del cementerio: en la zona de San Valentín, fila 7, número 7; fila 12, fila 13; zona de San Narciso, fila 5, números 10, 11, 17; y zona de Santa Amelia, filas especiales, número 23. Aunque las fosas están señaladas, el principal problema de trabajo, se encuentra en adaptar las numeraciones antiguas con las actuales, como sucede en múltiples cementerios. Esta dificultad se traduce en que las víctimas siguen en ella y no se han realizado todavía trabajos. Una muestra más del éxito de la política represiva del franquismo consistente en el daño a los vivos a través de la imposibilidad de prestar respeto a sus muertos.

En Ciudad Real, el número de fosas localizadas asciende a 62, en las que se han encontrado, según el Mapa Estatal de Fosas, 3158 cuerpos. Sólo el 4% ha sido exhumado al completo. Dentro de la provincia se aprecian marcadas diferencias en torno al tamaño de las fosas: mientras que la fosa de Ciudad Real alberga el 35% de las víctimas totales de la provincia, la de Alcázar de San Juan contiene 12% y la de Almodóvar del Campo se sitúa en tercer lugar con el 8% de las victimas, la mayor parte de las fosas suelen ser de pequeño tamaño y algunas de ellas contienen tan sólo los cadáveres de miembros de partidas guerrilleras ejecutados individualmente o en pequeños grupos. Además, de las fosas contabilizadas para la provincia de Ciudad Real, 7 fueron trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos.

Autor: RAL.

Fosa en el cementerio de Socuéllamos

Cementerio de Socuéllamos. Fuente: Mapas de memoria

La fosa de Socuéllamos se abrió el 12 de abril de 1939 con los restos de Juan Calleja Ortega, asesinado nada más acabar la guerra, a los cuales le siguieron en el mes de julio, en los días 21, 23 y 25 los de Juan Calleja Ortega, Cirilio Fernández Sánchez y Salvador Bermejo Aquino, respectivamente. La ubicación de la fosa es desconocida en la actualidad, pese al trabajo de Luis Izquierdo Calleja, actual enterrador del municipio y nieto del primer difunto. Además, por otro lado, a finales de los años 70 los familiares de Antonio Sánchez Carrión, fusilado en Ciudad Real en 1943, y del guerrillero Juan M. Moreno Romero, muerto en un tiroteo con la guardia civil el 5 de julio de 1945 en Los Hinojosos (Cuenca), buscaron los restos de sus familiares para darles sepultura individual en el cementerio de la localidad.

En Ciudad Real, el número de fosas localizadas asciende a 62, en las que se han encontrado, según el Mapa Estatal de Fosas, 3158 cuerpos. Sólo el 4% ha sido exhumado al completo. Dentro de la provincia se aprecian marcadas diferencias en torno al tamaño de las fosas: mientras que la fosa de Ciudad Real alberga el 35% de las víctimas totales de la provincia, la de Alcázar de San Juan contiene 12% y la de Almodóvar del Campo se sitúa en tercer lugar con el 8% de las victimas, la mayor parte de las fosas suelen ser de pequeño tamaño y algunas de ellas contienen tan sólo los cadáveres de miembros de partidas guerrilleras ejecutados individualmente o en pequeños grupos. Además, de las fosas contabilizadas para la provincia de Ciudad Real, 7 fueron trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. 

Autor: RAL.

Para saber más sobre la guerrilla antifranquista

Fosa en el cementerio de Puerto Lápice

La represión de Puerto Lápice se materializó principalmente en las fosas de Alcázar de San Juan y Ciudad Real. La fosa de la localidad cuenta con los restos de Santiago Vaquero Alba, asesinado el 5 de abril de 1939 a los 41 años de edad. La fosa donde fue arrojado todavía no se ha encontrado y su nombre se inscribió en el registro civil dos días después de su asesinato. La mayoría de los vecinos represaliados en la localidad se encuentran en los cementerios anteriormente mencionados, pero el caso de Santiago vaquero muestra de forma clara el intento represivo de borrado de la memoria después de la muerte de los represaliados, además del objetivo desorientador familiar hasta el punto de no conocer el lugar de enterramiento de los restos y, por tanto, la imposibilidad del respeto al difunto.

En Ciudad Real, el número de fosas localizadas asciende a 62, en las que se han encontrado, según el Mapa Estatal de Fosas, 3158 cuerpos. Sólo el 4% ha sido exhumado al completo. Dentro de la provincia se aprecian marcadas diferencias en torno al tamaño de las fosas: mientras que la fosa de Ciudad Real alberga el 35% de las víctimas totales de la provincia, la de Alcázar de San Juan contiene 12% y la de Almodóvar del Campo se sitúa en tercer lugar con el 8% de las victimas, la mayor parte de las fosas suelen ser de pequeño tamaño y algunas de ellas contienen tan sólo los cadáveres de miembros de partidas guerrilleras ejecutados individualmente o en pequeños grupos. Además, de las fosas contabilizadas para la provincia de Ciudad Real, 7 fueron trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. 

Autor: RAL.

Represión de la Guardia Civil

Contrapartida de la Guardia Civil en un apostadero. Fuente: AGUADO SÁNCHEZ, Francisco, El maquis en España: su historia, Madrid, Librería Editorial San Martín, 1975.

Aunque el 1 de abril de 1939 el general Francisco Franco daba por terminada la Guerra Civil, la paz estuvo muy lejos de llegar al país. La fuerte represión supuso que muchos militares republicanos buscaran refugio en las zonas montañosas de la provincia de Toledo, al igual que ocurrió en el resto de España. A ellos se unieron huidos de las cárceles franquistas, que fueron formando, hasta 1944, pequeñas partidas que actuaban con independencia, sin organización política y, en un primer momento, por pura supervivencia. Sus principales actuaciones se centraron en el robo en casas de campo para proveerse de alimentos, dinero y armas y, en ocasiones, secuestraron a personas adineradas para cobrar el rescate y comprar determinados productos a sus enlaces.

Aunque fueron numerosas las partidas que surgieron en este tiempo, pocas fueron relevantes. La Guardia Civil fue la encargada de reprimir y eliminar sistemáticamente a los guerrilleros, incrementando sus efectivos entre 1940 y 1941 para tal fin. El 16 de febrero de 1941 daban muerte a Sotero Muñoz Lorente “Francisquillo” y a Ramón López Delgado “Pata” o “El Cojo de Hontanar”, que estaban ocultos en un chozo en la finca de Las Hiruelas, cerca del término municipal de Hontanar, de donde ambos eran naturales.

Autora: LPG

Fosa en el cementerio de Pedro Muñoz

Puerta del cementerio de Pedro Muñoz. Fuente: Mapas de Memoria

La fosa se localizaba en el antiguo cementerio civil dentro del cementerio municipal, donde actualmente se encuentra una nueva edificación. En la fosa se encontraban los restos de cuatro víctimas, entre los que destacan los de Olvido López García, quien se suicidó a los 54 años tras la represión que sufrió su familia. Este caso ejemplifica las diferentes formas de represión menos directa realizada por el franquismo en la posguerra. Los restos encontrados en esta fosa fueron removidos y trasladados al osario para la construcción de un nuevo edificio. En este proceso, los restos caen en un nuevo olvido al imposibilitar la recuperación y entierro de los mismos por parte de las familias y la sociedad civil.

En Ciudad Real, el número de fosas localizadas asciende a 62, en las que se han encontrado, según el Mapa Estatal de Fosas, 3158 cuerpos. Sólo el 4% ha sido exhumado al completo. Dentro de la provincia se aprecian marcadas diferencias en torno al tamaño de las fosas: mientras que la fosa de Ciudad Real alberga el 35% de las víctimas totales de la provincia, la de Alcázar de San Juan contiene 12% y la de Almodóvar del Campo se sitúa en tercer lugar con el 8% de las victimas, la mayor parte de las fosas suelen ser de pequeño tamaño y algunas de ellas contienen tan sólo los cadáveres de miembros de partidas guerrilleras ejecutados individualmente o en pequeños grupos. Además, de las fosas contabilizadas para la provincia de Ciudad Real, 7 fueron trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. 

Autor: RAL

Fosa en el cementerio de Herencia

Actual parking del cementerio, antigua localización de la fosa. Fuente: Mapas de memoria

La fosa de herencia contuvo los restos de tres personas: Jerónimo Romero Mora (m. 10/05/1939), Pedro Rodríguez-Palmero Martín-Toledano (m. 18/05/1939) y Juan Francisco Sánchez Claramonte (m. 06/06/1939): el primero muerto en prisión y los dos siguientes asesinados. Los restos se encontraban en el cementerio civil de la localidad, situado en el exterior del cementerio en la parte inferior izquierda, donde en la actualidad se encuentra el aparcamiento del recinto. Durante la construcción del párking los restos de las personas allí enterradas fueron trasladas al osario. Por otro lado, es importante remarcar que mientras que en los enterramientos normalizados se registraban en un sistema de fichas por el conserje del cementerio donde se indicaba la localización exacta de las personas enterradas, en estos casos se remarca la forma genérica del «cementerio civil». De esta manera se marcan automáticamente como muertos de segunda.

En Ciudad Real, el número de fosas localizadas asciende a 62, en las que se han encontrado, según el Mapa Estatal de Fosas, 3158 cuerpos. Sólo el 4% ha sido exhumado al completo. Dentro de la provincia se aprecian marcadas diferencias en torno al tamaño de las fosas: mientras que la fosa de Ciudad Real alberga el 35% de las víctimas totales de la provincia, la de Alcázar de San Juan contiene 12% y la de Almodóvar del Campo se sitúa en tercer lugar con el 8% de las victimas, la mayor parte de las fosas suelen ser de pequeño tamaño y algunas de ellas contienen tan sólo los cadáveres de miembros de partidas guerrilleras ejecutados individualmente o en pequeños grupos. Además, de las fosas contabilizadas para la provincia de Ciudad Real, 7 fueron trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. 

Autor: RAL

Fosa en el cementerio de Campo de Criptana

Memorial en el cementerio de Campo de Criptana. Fuente: Mapas de memoria

La fosa de Campo de Criptana contuvo en su interior a 8 víctimas, 7 vecinos asesinados en el mes de abril de 1939, y un fusilado el 05 de abril de 1941. Jose María Sánchez, uno de los vecinos, informa que los asesinatos se cometieron en las tapias del cementerio junto a la carretera a Pedro Muñoz. Durante los años 80 socialistas de la localidad exhumaron 6 cuerpos para enterrarlos en una tumba propia, construido por ellos mismos de forma privada: Julián Delgado, Julián Peinado, Manuel López, Ramón Olivares, Santos Gallego y José María Martínez. Sin embargo, siguen existiendo dos cuerpos en paradero desconocido: Julián Márquez Parejo y Ramón Olivares Arteaga.

En Ciudad Real, el número de fosas localizadas asciende a 62, en las que se han encontrado, según el Mapa Estatal de Fosas, 3158 cuerpos. Sólo el 4% ha sido exhumado al completo. Dentro de la provincia se aprecian marcadas diferencias en torno al tamaño de las fosas: mientras que la fosa de Ciudad Real alberga el 35% de las víctimas totales de la provincia, la de Alcázar de San Juan contiene 12% y la de Almodóvar del Campo se sitúa en tercer lugar con el 8% de las victimas, la mayor parte de las fosas suelen ser de pequeño tamaño y algunas de ellas contienen tan sólo los cadáveres de miembros de partidas guerrilleras ejecutados individualmente o en pequeños grupos. Además, de las fosas contabilizadas para la provincia de Ciudad Real, 7 fueron trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. 

Autor: RAL

Cementerio municipal de Ciudad Real: la represión de posguerra

Memorial en la fosa de Ciudad Real. Fotografía de Sandra Beldad Collado

El Cementerio Municipal se convirtió, al finalizar la guerra, en el lugar donde se llevaron a cabo la mayor parte de ejecuciones en virtud de las sentencias de los consejos de guerra. Los fusilamientos eran ejecutados al amanecer en su gran mayoría en la parte exterior del cementerio por unidades disciplinadas del Ejército En un primer momento, los fusilados eran de Ciudad Real o de su partido judicial. A partir de 1941 todas las ejecuciones de la provincia se concentraron en la capital. La represión en Ciudad Real se llevó la vida de 988 personas, la mayor parte hombres que eran condenados por su actuación desde la revolución de octubre de 1934 hasta el 31 de marzo de 1939. De todas las víctimas de la represión de posguerra en la capital, 150 sabemos con seguridad que residían en Ciudad Real. En sus anejos de Valverde y Las Casas, 7. El resto procedía de todas las poblaciones de la provincia. La gran mayoría de los 988 ejecutados eran trabajadores del campo: 492, lo que representaba el 49,79 %. Los albañiles, con 70 víctimas, eran la segunda profesión más castigada. Le seguían los ferroviarios con 40, y los mineros con 30. De 49 no tenemos constancia de su profesión. De los casi mil fusilados, sólo 21 pertenecían a profesiones con cierto nivel cultural: médicos, veterinarios, maestros nacionales, practicantes, abogados, procuradores y secretarios judiciales o municipales, a los que hay que añadir el caso de un jefe de Prisión (José Calvo García, de Almodóvar) y el más extraño todavía de un sacerdote (Julio de la Cruz Ruiz, natural de Malagón). La edad media de todos los ejecutados era de 36 años. Las mujeres ejecutadas sumaron 15 (1,51 %), de las que tres eran de la capital: Camila Solís Bellón, Gregoria Elena Tortajada y Milagros Atienza. La mayor parte de los cadáveres fueron arrojados a una fosa, que hoy día se ha dignificado como reconocimiento “a los que dieron su vida por la libertad y la democracia”, según consta en la placa conmemorativa.

Autor: FAM

Para saber más sobre la represión de posguerra

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Fosa en el cementerio de Toledo

Monumento realizado en homenaje a los fallecidos en la guerra civil y en el franquismo. Fotografía de Sandra Beldad Colado.

La represión en la capital de Toledo tuvo amplias repercusiones en la población y la fosa común de su cementerio albergó en torno a 1343 víctimas, repartidos en diversos patios: el 17, 19, 31, 42 y el 43, entre los en torno a 30 patios. El patio 42 fue exhumado por familiares en los años 80 y trasladado a nichos y tumbas familiares, además de dignificado en 2007. En años más recientes, Ganemos Toledo ha buscado la dignificación de los diferentes patios. A pesar del gran tamaño de la fosa, en Toledo aún quedan muchos restos sin localizar y es necesario llevar a cabo políticas de identificación, exhumación y dignificación. Frente a ello, la Cruz a los mártires en el cementerio sigue ocupando un espacio privilegiado.

Toledo supone la segunda provincia de Castilla-La Mancha con mayor número de fosas comunes registrada en el Mapa de Fosas, aunque con los datos conocidos gracias a las investigaciones del equipo de Mapas de la Memoria de la UNED pasaría al tercer puesto. Existen 49 fosas en 32 localidades diferentes. Aparecen 16 fosas no intervenidas, 2 no intervenidas, pero dignificadas, 4 exhumadas parcialmente y una que además ha sido dignificada, 12 exhumadas totalmente (aunque la mayoría no ha sido de forma científica y en muchos casos solo un traslado al osario) y una dignificada; 2 han desaparecido y, por último, 11 han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. Más del 55% de las fosas no han sido intervenidas o han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros. Las cifras de la represión franquista en Toledo siguen sin estar claras, pero los estudios de la última década se acercan cada vez más en torno a las 5000, siendo la razia la forma principal forma de represión durante el conocido como “primer terror”.

Autor: RAL