La represión de Puerto Lápice se materializó principalmente en las fosas de Alcázar de San Juan y Ciudad Real. La fosa de la localidad cuenta con los restos de Santiago Vaquero Alba, asesinado el 5 de abril de 1939 a los 41 años de edad. La fosa donde fue arrojado todavía no se ha encontrado y su nombre se inscribió en el registro civil dos días después de su asesinato. La mayoría de los vecinos represaliados en la localidad se encuentran en los cementerios anteriormente mencionados, pero el caso de Santiago vaquero muestra de forma clara el intento represivo de borrado de la memoria después de la muerte de los represaliados, además del objetivo desorientador familiar hasta el punto de no conocer el lugar de enterramiento de los restos y, por tanto, la imposibilidad del respeto al difunto.
En Ciudad Real, el número de fosas localizadas asciende a 62, en las que se han encontrado, según el Mapa Estatal de Fosas, 3158 cuerpos. Sólo el 4% ha sido exhumado al completo. Dentro de la provincia se aprecian marcadas diferencias en torno al tamaño de las fosas: mientras que la fosa de Ciudad Real alberga el 35% de las víctimas totales de la provincia, la de Alcázar de San Juan contiene 12% y la de Almodóvar del Campo se sitúa en tercer lugar con el 8% de las victimas, la mayor parte de las fosas suelen ser de pequeño tamaño y algunas de ellas contienen tan sólo los cadáveres de miembros de partidas guerrilleras ejecutados individualmente o en pequeños grupos. Además, de las fosas contabilizadas para la provincia de Ciudad Real, 7 fueron trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos.
Autor: RAL.