Desde finales de 1944 la lucha guerrillera dio un vuelco total. Motivados por el avance positivo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, el PCE comenzó a organizar partidas de guerrilleros que venían actuando por el interior del país en un efectivo ejército para luchar abiertamente contra el régimen. Todas ellas tenían características similares: al mando de cada una figuraba un jefe, auxiliado en sus labores de dirección por una auténtica plana mayor, en la que siempre figuraba un enlace con el partido de Madrid. Cada agrupación se componía de varias divisiones, cada una con sus responsables respectivos. Y cada división, a su vez, constaba de varias partidas de guerrillas, formadas por un jefe y los guerrilleros.
La provincia de Ciudad Real quedó encuadrada en la 2ª Agrupación y constaba de tres divisiones: la 21ª, la 22ª y la 23ª, al mando de Eusebio Liborio Lombardía “Labija”, José Méndez Jaramago “Manco de Agudo” y Honorio Molina Merino “El Comandante”.
Las 22ª y 23ª División se fundieron en julio de 1946 en una potente 23ª División con mayor capacidad de acción, liderada por “El Manco de Agudo” y “El Comandante”. Realizaron importantes asesinatos, como el de Casimiro Pedraza en Valle Manzano, de Puebla de Don Rodrigo, en noviembre de 1946.
La partida de “Veneno”, integrada en esta división, llevó a cabo importantes acciones, entre las que destaca la realizada en la noche del 2 de enero de 1947, cuando volaron la vía férrea Madrid-Badajoz en las inmediaciones del cementerio de Ciudad Real.
Autora: LPG