El 28 de julio de 1947 fue nombrado el general de la Guardia Civil Manuel Pizarro Cenjor al frente de la 5ª Región Militar. Luchó contra la insurgencia en toda España, ya que su zona de influencia abarcaba las zonas más conflictivas: Teruel, Valencia, Cuenca, Castellón y Albacete.
El general Pizarro introdujo novedades, como la creación de sectores interprovinciales, amplió el número de cuarteles y destacamentos y potenció las contraguerrillas. Además, incrementó la presión sobre la población rural al decretar el toque de queda nocturno y al prohibir transitar por los caminos después de las ocho de la tarde. Tampoco se podía pernoctar en las zonas conflictivas y se obligaba a los propietarios de las casas de labor a dejar las llaves en el cuartel más cercano. La Guardia Civil controló el ganado de cada propietario para evitar que entregasen alimento a los guerrilleros. La aplicación de estas medidas para aniquilar la guerrilla tuvo serias consecuencias. Por este motivo se produjo el abandono y despoblación de algunos territorios.
La dureza de la represión tuvo rápidos resultados en la provincia de Cuenca. Prueba de ello es que el 8 de agosto de 1947 se “suicidaron” Felipe Gallego Martínez y Justo Aparicio Donate en el depósito municipal de Motilla del Palancar, mientras que días más tarde fallecía Anastasio Gómez Ovejero en el depósito de Carboneras de Guadazaón a consecuencia de las torturas que se le aplicaron.
A finales de 1947 se produjeron tres muertes más: Paulino Sáez Montero en La Cejuela y Emilio Cócera Valverde en Cañete, ambos a consecuencia de las torturas y la de Felipe Toledano al aplicarle la ley de fugas. También se incrementó la detención de enlaces, con 230 detenciones.
Autora: LPG