Aeródromo de Manzanares

En julio de 1936 se produce el estallido de la Guerra Civil española. En  principio esta se prevé breve por lo que, hasta pasados varios meses del inicio, se realizan movimientos defensivos rápidos e improvisados. Ciudad Real, Cuenca y Albacete se posicionan como zona de retaguardia pero ello no impide que se habiliten en estas zonas elementos defensivos y militares. Precisamente será la urgencia de la guerra lo que explique que la mayoría de los aeródromos de la retaguardia se ubiquen en terrenos de cultivo y sin apenas hangares, garajes, centros de mando y otros elementos propios de los campos de aviación. 

Para el caso concreto de la provincia de Ciudad Real, existen algunos de los campos de aviación improvisados durante el conflicto por la Fuerza Aérea Republicana de los que apenas quedan vestigios o documentación. Algunos, incluso, no aparecerán en los inventarios del ejército republicano y sí en los datos que manejaba el bando franquista. Estos son los que se localizaban en las cercanías de Almadén, Horcajo de los Montes, Manzanares, Viso del Marqués, Almagro, Luciana, Abenójar, Socuéllamos o Piedrabuena. 

Estos lugares se consideran aeródromos porque en ellos tuvieron lugar algunos aterrizajes forzosos de aviones por averías o traslados urgentes. Sin embargo, para el caso concreto del aeródromo de Manzanares, no se ha encontrado ningún indicio de su existencia.

Autora:  MEPV

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Aeródromo de Luciana

En julio de 1936 se produce el estallido de la Guerra Civil española. En principio, ésta se prevé breve por lo que, hasta pasados varios meses del inicio, se realizan movimientos defensivos rápidos e improvisados. Ciudad Real se posiciona como zona de retaguardia, pero ello no impide que se habiliten en estas zonas elementos defensivos y militares. Precisamente será la urgencia de la guerra lo que explique que la mayoría de los aeródromos de la retaguardia se ubiquen en terrenos de cultivo y sin apenas hangares, garajes, centros de mando y otros elementos propios de los campos de aviación. 

En la provincia de Ciudad Real existen algunos de los campos de aviación improvisados durante el conflicto de los que apenas quedan vestigios o documentación. Algunos, incluso, no aparecerán en los inventarios del ejército republicano y sí en los datos que manejaba el bando franquista. Estos son los que se localizaban en las cercanías de Almadén, Horcajo de los Montes, Manzanares, Viso del Marqués, Almagro, Luciana, Abenójar, Socuéllamos o Piedrabuena. Estos se consideran aeródromos porque en ellos tuvieron lugar algunos aterrizajes forzosos de aviones por averías o traslados urgentes. 

En Luciana se ubicó un aeródromo perteneciente al 1er sector de la 5ª Región Aérea, que se construye en 1938. A diferencia de otros aeródromos mencionados, para el caso del de Luciana sí aparecen vestigios que sitúan y constatan su existencia como son dos refugios con forma de L y otros dos con doble entrada. Llama la atención su capacidad, de 30-40 personas, pues se cree que pudiera servir como un campo de auxilio de los aeródromos de Ciudad Real W o Saceruela.

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Aeródromo de La Toledana

En julio de 1936 se produce el estallido de la Guerra Civil española. En  principio esta se prevé breve por lo que, hasta pasados varios meses del inicio, se realizan movimientos defensivos rápidos e improvisados. Ciudad Real, Cuenca y Albacete se posicionan como zona de retaguardia pero ello no impide que se habiliten en estas zonas elementos defensivos y militares. Además de la construcción, se utilizan estructuras preexistentes como aeródromos militares. Cerca de Pueblonuevo del Bullaque y lindando con la finca La Toledana, se acondicionó sobre un terreno blando una pista de aviación. Este enclave se encuadra dentro del sector cuarto de la 5ª Región Aérea, muy cercano al aeródromo de El Molinillo y, actualmente, se accede a través de la carretera CM- 403, a la altura del kilómetro 55.

En ella se localizaban un cuerpo de guardia y un refugio antibombas de doble entrada, actualmente en perfecto estado de conservación. En concreto, este campo de aviación tenía unas dimensiones de 900 x 1600 metros y, aunque el ejército sublevado lo consideró una localización de gran importancia estratégica, no se ha encontrado ningún indicio de operatividad. Es por ello que se considera un campo de aviación auxiliar y un lugar de enlace. Después del conflicto, en uno de los edificios de la finca, el Ejército de Extremadura habilitó la Escuela de Capacitación de Mandos del Ejército.

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Aeródromo de Horcajo de los Montes

En julio de 1936 se produce el estallido de la Guerra Civil española. En  principio esta se prevé breve por lo que, hasta pasados varios meses del inicio, se realizan movimientos defensivos rápidos e improvisados. Ciudad Real, Cuenca y Albacete se posicionan como zona de retaguardia pero ello no impide que se habiliten en estas zonas elementos defensivos y militares. Precisamente será la urgencia de la guerra lo que explique que la mayoría de los aeródromos de la retaguardia se ubiquen en terrenos de cultivo y sin apenas hangares, garajes, centros de mando y otros elementos propios de los campos de aviación. 

Para el caso concreto de la provincia de Ciudad Real, existen algunos de los campos de aviación improvisados durante el conflicto por la Fuerza Aérea Republicana de los que apenas quedan vestigios o documentación. Algunos, incluso, no aparecerán en los inventarios del ejército republicano y sí en los datos que manejaba el bando franquista. Estos son los que se localizaban en las cercanías de Almadén, Horcajo de los Montes, Manzanares, Viso del Marqués, Almagro, Luciana, Abenójar, Socuéllamos o Piedrabuena. Estos lugares se consideran aeródromos porque en ellos tuvieron lugar algunos aterrizajes forzosos de aviones por averías o traslados urgentes. 

El de Horcajo de los Montes, perteneciente al 4º Sector de la 5ª Región Aérea, se encontraba situado a unos 4 km al noroeste de la localidad. Tenía unas medidas de unos 1.000 x 700 m. Su operatividad se atestigua únicamente en 1939 coincidiendo con la actividad en el frente extremeño. En la actualidad quedan las ruinas del cuerpo de guardia y de un refugio antibombas.

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Aeródromo de La Garganta-Conquista

En julio de 1936 se produce el estallido de la Guerra Civil española.  Ciudad Real se posiciona como zona de retaguardia pero ello no impide que se habiliten en muchas de sus localidades elementos defensivos y militares.

A un kilómetro de La Garganta, aldea de Brazatortas, y a unos 400 metros al sudeste de la estación del ferrocarril, se situaba un aeródromo de forma irregular y de unas dimensiones aproximadas de 1.000 x 500 m. Este campo, número 34 de la 5ª Región Aérea, fue construido en 1937. Se componía de dos prolongaciones de pista y se encontraba rodeado de plantaciones de eucaliptos que dificultaban mucho las operaciones de despegue y aterrizaje, aunque las características de este cultivo servían como un camuflaje para los aviones que operaban allí. Además, en el eucaliptal se encuentran varios refugios antibombas. El más pequeño de ellos se inunda con las lluvias del invierno y se encuentra encementado. El refugio grande, en excelente estado de conservación, tiene dos accesos separados por 38 metros y se encuentra enladrillado. Cercano a él, se sitúa una caseta de piedra que actuaba como cuerpo de guardia. Como el aeródromo se encontraba situado en una finca privada, pilotos y personal se hospedaban en sus instalaciones o bien en el cercano pueblo cordobés de Conquista.

Este aeródromo tuvo gran actividad durante el conflicto gracias a su ubicación. Destaca su posición estratégica en 1938, tras la batalla del Ebro, al ser lugar donde aterrizaban escuadrillas de Polikarpov I-15 “Chatos” que también participaron de forma activa en el frente extremeño en 1939. Al final de la guerra compartió actividad aérea con el aeródromo de Sisones.

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Aeródromo de Granátula de Calatrava

En julio de 1936 se produce el estallido de la Guerra Civil española. En principio esta se prevé breve por lo que, hasta pasados varios meses del inicio, se realizan movimientos defensivos rápidos e improvisados. Ciudad Real, Cuenca y Albacete se posicionan como zona de retaguardia, pero ello no impide que se habiliten en estas zonas elementos defensivos y militares. Además de la construcción, se utilizan estructuras preexistentes como aeródromos militares.

El aeródromo de Granátula de Calatrava, que pertenece al 3er Sector de la 5ª Región Aérea, se sitúa a 4 km al este de la localidad, por el camino de Montanchuelos, comprendido entre el Camino Real y las veredas Real y de Añavete, en la zona conocida como “Las 50 fanegas”. Este campo tenía forma irregular, con una longitud de 1.500 y 800 m y se encontraba en mitad de un olivar. 

Se constata su importancia porque estuvo dotado de un cuerpo de guardia y otro de mando, así como de varias casonas en las que se alojaba el personal, como son la casa Benítez y la de la Caridad. Las unidades defensivas con las que contaba el campo de aviación contra los bombardeos serían dos refugios subterráneos en mina, uno con una sola entrada y otro con doble entrada, horadados en la propia roca caliza. Asimismo, contaba al este con un polvorín situado en la casa de Albaleche. 

Este campo se construyó al final de la guerra y, por esta circunstancia, tuvo escasa operatividad, siendo únicamente utilizado, en enero de 1939, por la 1ª Escuadrilla de “Natachas” del Grupo 30.

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Aeródromo de El Molinillo (Retuerta del Bullaque)

En julio de 1936 se produce el estallido de la Guerra Civil española. En principio esta se prevé breve por lo que, hasta pasados varios meses del inicio, se realizan movimientos defensivos rápidos e improvisados. Ciudad Real, Cuenca y Albacete se posicionan como zona de retaguardia pero ello no impide que se habiliten en estas zonas elementos defensivos y militares. Además de la construcción, se utilizan estructuras preexistentes como aeródromos militares. 

A 17 kilómetros de Retuerta del Bullaque, en la aldea de Molinillo, se ubicaba un campo perteneciente al 4º Sector de la 5ª Región Aérea que tenía una forma romboidal de unos 1.100 x 900 m, sobre un terreno llano y no encharcable. Se tiene constancia de la existencia de dos refugios antibombas, un cuerpo de guardia y una caseta de peones camineros uitlizado como edificio auxiliar. Se encontraba muy cercano al campo de aviación de Valdelagata y del de La Toledana, pero no se han encontrado documentos o referencias de operatividad por lo que se considera que pudo ser utilizado como un aeródromo de socorro. Este hecho es común en la provincia de Ciudad Real, donde existen algunos de los campos de aviación improvisados durante el conflicto de los que apenas quedan vestigios o documentación. Algunos, incluso, no aparecerán en los inventarios del ejército republicano y sí en los datos que manejaba el bando franquista. Entre ellos destacan el de Almadén, Horcajo de los Montes, Manzanares, Viso del Marqués, Almagro, Luciana, Abenójar, Socuéllamos o Piedrabuena. 

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Aeródromo de Daimiel

Ciudad Real se posiciona desde un principio de la guerra como una provincia de retaguardia pero ello no impide que se habiliten en ella elementos defensivos y militares, como los aeródromos, algunos ya existentes. Gracias a las características de la llanura manchega, la favorable meteorología y su situación central peninsular, se produce un incipiente desarrollo de la aeronáutica española a principios del siglo XX. Las obras del aeródromo de Daimiel, situado al sureste de la localidad, comenzarían en 1921, convirtiéndose en centro de acción aeronáutica en la provincia. Hechos significativos que se vivieron en él fueron el de ser pista de aterrizaje del autogiro de Juan de la Cierva o ser el lugar donde se situaba el Ejército del Aire para partir a Sevilla y mitigar el golpe de Estado del general Sanjurjo (1932).

Con la Segunda República el campo de vuelo daimieleño se enmarca dentro de la 5ª Región Aérea siendo uno de los más de 20 aeródromos que la conformaban, quedando así supeditado al campo de aviación de Ciudad Real. 

Las dimensiones eran de 400 x 350 metros y su altitud de 640 metros sobre el nivel del mar. Poseía un hangar con capacidad para cuatro aeronaves, un taller de reparaciones, dispositivos de carga de combustible, servicio médico e incluso línea de teléfono, correo y telégrafo. Aunque debe entenderse este campo de aviación como un terreno sin cultivar, con una superficie despejada y próxima a una zona de arboleda.

 Durante el conflicto se construyen varios refugios antiametrallamiento en el perímetro, así como un refugio antibombardeo. Sin embargo, ni el campo de aviación, ni la localidad serían nunca bombardeados por el bando sublevado, aunque sí fue objetivo de reconocimientos aéreos realizados por la Legión Cóndor. Después de la guerra se constata una pérdida de interés estratégico en este aeródromo y, por consiguiente, su desuso. 

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Aeródromo de Viso del Marqués

En julio de 1936 se produce el estallido de la Guerra Civil española. En  principio esta se prevé breve por lo que, hasta pasados varios meses del inicio, se realizan movimientos defensivos rápidos e improvisados. Ciudad Real, Cuenca y Albacete se posicionan como zona de retaguardia pero ello no impide que se habiliten en estas zonas elementos defensivos y militares. Precisamente será la urgencia de la guerra lo que explique que la mayoría de los aeródromos de la retaguardia se ubiquen en terrenos de cultivo y sin apenas hangares, garajes, centros de mando y otros elementos propios de los campos de aviación. 

Para el caso concreto de la provincia de Ciudad Real, existen algunos de los campos de aviación improvisados durante el conflicto por la Fuerza Aérea Republicana de los que apenas quedan vestigios o documentación. Algunos, incluso, no aparecerán en los inventarios del ejército republicano y sí en los datos que manejaba el bando franquista. Estos son los que se localizaban en las cercanías de Almadén, Horcajo de los Montes, Manzanares, Viso del Marqués, Almagro, Luciana, Abenójar, Socuéllamos o Piedrabuena. 

Estos lugares se consideran aeródromos porque en ellos tuvieron lugar algunos aterrizajes forzosos de aviones por averías o traslados urgentes. 

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Aeródromo de Valdepeñas

En julio de 1936 se produce el estallido de la Guerra Civil española. Ciudad Real, se posiciona como zona de retaguardia pero ello no impide que se habiliten en sus localidades elementos defensivos y militares. En Valdepeñas se localiza un aeródromo al norte de la población, siendo uno de los 29 aeródromos de la 5ª Región Aérea y perteneciendo al tercer sector.

En concreto, este campo de aviación tenía una forma irregular, teniendo unas dimensiones de 1500 metros de noroeste a sudeste y de 940 metros de nordeste a suroeste, aproximadamente. Su ubicación, a menos de 150 metros de la carretera Andalucía-Madrid, hacía de este enclave un objetivo muy vulnerable contra un posible ataque de la aviación enemiga, por lo que en la superficie del campo se vertió carbonilla para simular una plantación de viñas. Este campo contaba con once refugios y un polvorín. 

El aeródromo fue un campo de gran actividad, albergando desde 1937 hasta 1938 a varias escuadrillas de aviadores como la de los “Natachas” o la 1ª del grupo 72 que realizó tareas de reconocimiento armado del frente extremeño o protagonizó el 4 de febrero de 1938 el bombardeo de los puentes y de la Fábrica de Armas de Toledo, soltando ocho bombas de 75 kg de material explosivo. Finalmente, tras la guerra se incluye como un aeródromo de clase D del Ejército del Aire hasta 1943, fecha en la que comienza su desuso. Actualmente todos los terrenos que conformaban el campo de aviación se encuentran cultivadas con viñas y olivos. 

Autora:  MEPV

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