En Saceruela se ubicaba un aeródromo perteneciente al 1er Sector de la 5ª Región Aérea construido a principios de 1937. Tenía una forma irregular con dos pistas que se cruzaban en forma de X. Se encontraba próximo a encinares y olivos, lo que facilitaba su ocultamiento.
Estuvo dotado de un puesto de control y tres refugios en forma de L, con una entrada única y con capacidad para 20 personas. También contó con un cuerpo de guardia para la ubicación de mandos, oficinas y pilotos, situado en la zona oeste (aunque en la actualidad hay dos edificios) y, cercano a él, un refugio contra bombas de doble entrada completamente enterrado y con una profundidad de siete metros. Se trata de un ejemplo excepcional de los vestigios arqueológicos de la región pues contaba con un revestimiento de ladrillo enlucido y hormigón que podría aguantar el impacto de bombas de hasta 100 kg. También se atestigua en él la existencia de puertas que eran cerradas para evitar la onda expansiva en caso de impacto de bomba, así como de respiraderos para su correcta ventilación. Además, junto al camino se encuentran varios refugios antiametrallamiento que, en realidad, se trataban de trincheras tanto para guardar munición y combustible, como para guarecerse.
Fue un aeródromo de gran operatividad en el frente extremeño contra la ofensiva de Queipo de Llano. Se estima que, en 1938, llegó a haber entre 40 y 50 aviones. Fuerza aérea encargada de tareas de reconocimiento, escolta y protección de los bombarderos en el frente.
Entre las escuadrillas que operaron en este campo de aviación, se pueden enumerar la 2ª escuadrilla de “Chatos” (Polikarpov I-15); la 2ª y 4ª Escuadrilla “Natacha” (Polikarpov RZ); la 1ª Escuadrilla de “Súper Moscas” (Polikarpov I-16) o la 1ª Escuadrilla de los Grumman Delfín.