Anisio Castillo López, que pertenecía a la partida de “El Manco de Agudo”, se quitó la vida el 12 de marzo de 1943. Le cayó encima una mula cargada de víveres que acababan de robar en una labranza y le rompió las piernas, por lo que, ante la dificultad para avanzar, decidió quitarse la vida disparándose con una escopeta en el cementerio de Agudo, de donde era natural. Su cadáver fue encontrado a la mañana siguiente con un tiro en el pecho. Además, conservaba dos notas que él mismo había escrito, una dirigida a las autoridades y la otra a su familia.
A su familia le dirigía las siguientes palabras:
“Me mato con todo mi conocimiento y todos mis sentidos cabales, no estoy loco ni nada de eso.
Mi querida esposa y mi querida madre y hermanas y mis queridos hijos, me despido de vosotros, con estas cuatro letras, diciéndoos que no echéis la culpa a nadie, que me he matado yo mismo, que no he matado a nadie, he sido yo mismo y nada más.
Un millón de besos, para ti y para mi madre y mis hermanas y los más fuertes para mis queridos hijos, que encontréis quien haga bien por vosotros para siempre jamás”. Fuente: AGHD, Diligencias instruidas con motivo de las causas que motivaron el suicidio del huido en la sierra Anisio Castillo López. Documentación facilitada por Juan Pedro Esteban Palmero.
La historia de Anisio es un ejemplo de cómo fue la vida de los que se fueron a la sierra estos años. En sus cartas dejaba claro que no había matado a nadie y pedía que no se atacase a su familia después de su muerte.
Autora: LPG