La fuerte represión que tuvo lugar al término de la Guerra Civil supuso que muchos militares republicanos buscaran refugio en las zonas montañosas de la provincia de Ciudad Real, al igual que ocurrió en el resto de España. A ellos se unieron huidos de las cárceles franquistas, que, desde 1944, se organizaron en Agrupaciones Guerrilleras para luchar contra el régimen franquista. 1947 es el año que marca el declive del movimiento guerrillero en la provincia de Ciudad Real. A partir de entonces, el objetivo de los huidos es alcanzar la frontera francesa.
En esta última etapa en la sierra, “El Comandante”, “El Manco de Agudo” y “Parrala” actúan juntos. La Guardia Civil encontró un enlace en cuyo chozo, situado en la sierra del Carrizal, término de Retuerta del Bullaque, se refugiaban estos tres guerrilleros y desde el 26 de febrero de 1949 prepararon un apostadero frente al chozo esperando su aparición.
A la una y media del 12 de marzo, los tres guardias civiles vieron llegar a “El Comandante” y sus compañeros. Cuando los tres estuvieron en el interior del chozo, el carbonero, con la excusa del frío y la necesidad de avivar el fuego, salió a coger leña. Entonces los tres guardias civiles acribillaron a tiros a los guerrilleros. Sin embargo, otra versión es que los guerrilleros fueron envenenados por unos enlaces en la finca La Piedrahelada, cerca de Los Cortijos. Luego se haría el simulacro de tiroteo en la sierra del Carrizal para evitar posibles represalias contra quienes los envenenaron y para condecorar a los guardias civiles.
Con la muerte de estos tres guerrilleros, la guerrilla en los Montes de Toledo fue desarticulada, quedando únicamente las partidas de Eugenio Herrera García “Cuquillo” y Francisco Blancas Pino “El Veneno”.
Autora: LPG