Este monumento, obra del escultor Juan de Ávalos y Taborda (1911-2006), conmemora la resistencia del asedio del Alcázar de Toledo entre los meses de julio y septiembre de 1936. Está ubicado en el ángulo sureste del Alcázar sobre el lugar utilizado por los sublevados como primer cementerio durante el asedio. Para su montaje fue necesario retirar una cruz existente de homenaje a los caídos sublevados en la contienda.
Está compuesto por diferentes figuras y elementos que representan de manera continua la idea de sacrificio, martirio y victoria, todos ellos de gran simbolismo para el régimen. Una aproximación desde una perspectiva aérea permite identificar en el pavimento la imagen del águila de San Juan en cuyo pecho se ubica una cruz formada por estanques. Si nos posicionamos al pie del monumento, se observa cómo del interior de las fuentes emana un bloque de piedra que encarna el Alcázar y en cuyos muros están representados la fe en el centro, el valor a la derecha y el sacrificio a la izquierda. Al frente del monumento se eleva una figura de siete metros de altura que representa a la Victoria ofreciendo una espada al cielo y cuyos ropajes en movimiento forman unos pliegues que recuerdan a unas alas.
Detrás de la figura de la Victoria se levantan dos pilastras que simbolizan los primeros pilares de la reconquista de España con grabados de laureles (símbolo de la victoria), hojas de roble (la fortaleza frente a la adversidad y la firmeza de la fe) y palmas (símbolo de sacrificio). Las pilastras están unidas por una cruz central de acero y en su anverso se ubica el conjunto de la Piedad, de donde manaba el agua que caía en los estanques. En el superior el agua tomaba el color rojo, alegoría del sacrificio y heroísmo, que caía limpia a los estanques inferiores. Junto a ellos hay un muro con zapatas en los que se colgaban coronas en actos de homenaje.
A ambos lados del conjunto se encuentran dos muros decorados con relieves dedicados a los mártires (izquierda) y a los héroes (derecha). El proyecto original incluía dos pilastras que fueron sustituidas por dos esculturas femeninas que ofrendan la palma y el roble a los mártires y el laurel a los héroes al igual que los relieves de la escalera.
Su ejecución supuso la urbanización de las calles contiguas para mejorar su visibilidad. Este monumento se inauguró el 24 de noviembre de 1961. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1996 y restaurado en el año 2021 por temor a una posible caída de la figura de la Victoria. En el año 2022 la Asociación Manuel Azaña solicitó su retirada. En la actualidad, el monumento forma parte de los jardines del museo del Ejército de Toledo y las fuentes no se hallan en funcionamiento.
Autor: AGG
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