En la mayor parte de los pueblos de la provincia la sublevación no se produjo o fue sofocada a los pocos días: en el mundo rural no existía una trama conspiradora de envergadura o suficientemente coordinada. Sólo en un corto número de municipios triunfó la sublevación, aunque temporalmente: en ellos, los círculos conspiradores sí tomaron la iniciativa, tomando el pueblo o sus puntos clave y resistiendo en esta posición hasta que las fuerzas gubernamentales y los sindicatos los desalojaron por la fuerza, en ocasiones después de varios días. En algunos casos se necesitó la llegada de milicianos de otras localidades vecinas para acabar con los sublevados. Así ocurrió en Madridejos; en esta localidad, Jesús Requejo San Román, diputado de la Coalición Antirrevolucionaria de Toledo, fue el líder y organizador de la conspiración: antes de que se produjera el levantamiento, Requejo y otros patrones, propietarios y personas de derechas recaudaron dinero y armas para éste. Dos días después de que tuviera lugar, un grupo de patrones, cedistas y falangistas tomaron algunos puntos clave del pueblo, como el Casino o el Centro Recreativo, y sólo fueron reducidos tras la llegada de milicianos de Villacañas que vinieron en apoyo de los locales. Casos similares fueron los de Miguel Esteban, Orgaz, Oropesa, Puebla de Almoradiel, Recas, Torres de Esteban Hambrán y Urda.
Autora: ACP