La victoria de la UCD en Guadalajara con motivo de las elecciones municipales del 3 de abril de 1979 fue arrasadora: con el 36,14 de los votos obtuvo 1.286 concejales, lo que representaba el 81,07 de los ediles de la provincia. Con menos de la mitad de los votos, un 16,82%, el PSOE obtuvo 86 concejales: fue claramente superado en este apartado por los Independientes, que con un 9,94% del sufragio prácticamente doblaban a los socialistas en concejales, 139. CD se colocó como quinta fuerza con un 14,41 % de los votos y 44 concejales, mientras que el PCE, con un 11,45%, consiguió 40. La coalición de extrema derecha Unión Nacional consiguió 34 concejales con el 6,10% de los votos, mientras que la formación minoritaria PCE independiente consiguió 5 concejales con un 0,15% del sufragio. La mayor parte de los municipios alcarreños serían gobernados desde entonces por un alcalde de UCD, con la notable excepción de la capital de la provincia. En la ciudad de Guadalajara, tres días antes de la cita electoral, se anuló la candidatura de UCD porque había sido presentada fuera de plazo, por lo que este partido no pudo concurrir a las elecciones. La suma de los 7 concejales del PSOE con los 4 del PCE permitió a esta coalición alcanzar la mayoría simple y Javier de Irízar Ortega, del partido socialista, fue elegido alcalde de Guadalajara.
El éxito de UCD tuvo un reflejo claro en la composición de la Diputación Provincial de Guadalajara, cuyos 24 miembros pertenecerían todos a la formación centrista.
Estas primeras elecciones democráticas municipales renovaron las instituciones locales, que todavía provenían de la época franquista, y fueron una de las primeras piezas en el entramado que participaría en la creación de la autonomía castellano-manchega.
Autora: ACP