Fosa en el cementerio de Quintanar de la Orden

Homenaje en la fosa de Quintanar de la Orden. Fuente: https://diario16.com/ante-la-fosa-comun-quintanar-la-orden/.

 La fosa común en el cementerio de Quintanar de la Orden es ejemplo de ello. En la actualidad mantiene su localización original y ha sido homenajeada con un mausoleo y placas conmemorativas, así como diversas conmemoraciones de forma habitual en la fecha conmemorativa. A pesar de esto, en Quintanar sigue muy viva la conmemoración del franquismo, tanto a través de la pervivencia de la arquitectura franquista en la Cruz a los Caídos, como en la misa conmemorativa que se realizó recientemente por el aniversario de la muerte del dictador.

Toledo supone la segunda provincia de Castilla-La Mancha con mayor número de fosas comunes registrada en el Mapa de Fosas, aunque con los datos conocidos gracias a las investigaciones del equipo de Mapas de la Memoria de la UNED pasaría al tercer puesto. Existen 49 fosas en 32 localidades diferentes. Aparecen 16 fosas no intervenidas, 2 no intervenidas, pero dignificadas, 4 exhumadas parcialmente y una que además ha sido dignificada, 12 exhumadas totalmente (aunque la mayoría no ha sido de forma científica y en muchos casos solo un traslado al osario) y una dignificada; 2 han desaparecido y, por último, 11 han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. Más del 55% de las fosas no han sido intervenidas o han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros. Las cifras de la represión franquista en Toledo siguen sin estar claras, pero los estudios de la última década se acercan cada vez más en torno a las 5000, siendo la razia la forma principal forma de represión durante el conocido como “primer terror”.  

Autor: RAL.

Fosa de Quero en el Valle de Cuelgamuros

El Valle de Cuelgamuros es el monumento franquista más visible, la muestra más clara de la pervivencia de la materialidad franquista en la España democrática. Su construcción se inició al fin de la guerra y, aunque debería haberse terminado en el curso de un año, fue concluido en 1959. Aunque en principio se planteó como monumento a los «caídos por Dios y por la Patria», como otros tantos monumentos y conmemoraciones, al final de su construcción se mostró como un símbolo de la “concordia” y múltiples fosas fueron trasladadas, tanto de sublevados como de leales a la República, llevados estos últimos sin consentimiento de los familiares. La fosa de Quero fue trasladada al Valle de Cuelgamuros en 04 de mayo de 1962 y contaba con 23 víctimas.

Toledo supone la segunda provincia de Castilla-La Mancha con mayor número de fosas comunes registrada en el Mapa de Fosas, aunque con los datos conocidos gracias a las investigaciones del equipo de Mapas de la Memoria de la UNED pasaría al tercer puesto. Existen 49 fosas en 32 localidades diferentes. Aparecen 16 fosas no intervenidas, 2 no intervenidas, pero dignificadas, 4 exhumadas parcialmente y una que además ha sido dignificada, 12 exhumadas totalmente (aunque la mayoría no ha sido de forma científica y en muchos casos solo un traslado al osario) y una dignificada; 2 han desaparecido y, por último, 11 han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. Más del 55% de las fosas no han sido intervenidas o han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros. Las cifras de la represión franquista en Toledo siguen sin estar claras, pero los estudios de la última década se acercan cada vez más en torno a las 5000, siendo la razia la forma principal forma de represión durante el conocido como “primer terror”.

Autor: RAL

Fosa de Oropesa en el Valle de Cuelgamuros

El Valle de Cuelgamuros es el monumento franquista más visible, la muestra más clara de la pervivencia de la materialidad franquista en la España democrática. Su construcción se inició al fin de la guerra y, aunque debería haberse terminado en el curso de un año, fue concluido en 1959. Aunque en principio se planteó como monumento a los «caídos por Dios y por la Patria», como otros tantos monumentos y conmemoraciones, al final de su construcción se mostró como un símbolo de la “concordia” y múltiples fosas fueron trasladadas, tanto de sublevados como de leales a la República, llevados estos últimos sin consentimiento de los familiares. La fosa de Oropesa fue trasladada al Valle de Cuelgamuros el 24 de marzo de 1959 y en su interior había dos víctimas sin localizar, desconocidas, por lo que no se puede saber si eran afines al régimen o republicanos. 

Toledo supone la segunda provincia de Castilla-La Mancha con mayor número de fosas comunes registrada en el Mapa de Fosas, aunque con los datos conocidos gracias a las investigaciones del equipo de Mapas de la Memoria de la UNED pasaría al tercer puesto. Existen 49 fosas en 32 localidades diferentes. Aparecen 16 fosas no intervenidas, 2 no intervenidas, pero dignificadas, 4 exhumadas parcialmente y una que además ha sido dignificada, 12 exhumadas totalmente (aunque la mayoría no ha sido de forma científica y en muchos casos solo un traslado al osario) y una dignificada; 2 han desaparecido y, por último, 11 han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. Más del 55% de las fosas no han sido intervenidas o han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros. Las cifras de la represión franquista en Toledo siguen sin estar claras, pero los estudios de la última década se acercan cada vez más en torno a las 5000, siendo la razia la forma principal forma de represión durante el conocido como “primer terror”.

Autor: RAL

Fosa de Orgaz en el Valle de Cuelgamuros

El Valle de Cuelgamuros es el monumento franquista más visible, la muestra más clara de la pervivencia de la materialidad franquista en la España democrática. Su construcción se inició al fin de la guerra y, aunque debería haberse terminado en el curso de un año, fue concluido en 1959. Aunque en principio se planteó como monumento a los «caídos por Dios y por la Patria», como otros tantos monumentos y conmemoraciones, al final de su construcción se mostró como un símbolo de la “concordia” y múltiples fosas fueron trasladadas, tanto de sublevados como de leales a la República, llevados estos últimos sin consentimiento de los familiares. La fosa de Orgaz fue trasladada al Valle de Cuelgamuros el 04 de mayo de 1959 y en su interior estaban los dos hermanos José y Santiago Fernández López, probablemente afines al Régimen.

Toledo supone la segunda provincia de Castilla-La Mancha con mayor número de fosas comunes registrada en el Mapa de Fosas, aunque con los datos conocidos gracias a las investigaciones del equipo de Mapas de la Memoria de la UNED pasaría al tercer puesto. Existen 49 fosas en 32 localidades diferentes. Aparecen 16 fosas no intervenidas, 2 no intervenidas, pero dignificadas, 4 exhumadas parcialmente y una que además ha sido dignificada, 12 exhumadas totalmente (aunque la mayoría no ha sido de forma científica y en muchos casos solo un traslado al osario) y una dignificada; 2 han desaparecido y, por último, 11 han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. Más del 55% de las fosas no han sido intervenidas o han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros. Las cifras de la represión franquista en Toledo siguen sin estar claras, pero los estudios de la última década se acercan cada vez más en torno a las 5000, siendo la razia la forma principal forma de represión durante el conocido como “primer terror”.

Autor: RAL.

Fosas en el cementerio de Ocaña

Monolito conmemorativo. Fuente: http://www.afar2rep.org/memoria/hoyosocana.htm.

El caso de Ocaña es excepcional puesto que en Ocaña se encontraba un célebre y duro penal, en el que se levantó un recinto habilitado como campo de concentración que superó los 2.000 internos. Operó únicamente durante abril de 1939, pero en sus apenas veinte días de operación absorbió los contingentes de los pequeños y breves campos de concentración de Orgaz y Los Yébenes.

Se localizan 3 fosas diferentes dentro del cementerio, fruto de las vejaciones que sufrieron en el penal o, directamente, por asesinatos extrajudiciales o fusilamientos. La fosa no ha sido exhumada y no se conoce a ciencia cierta el número de víctimas, pero desde un primer momento fueron habituales las visitas de familiares. Antes incluso de la muerte del dictador, los familiares señalizaban las fosas con el uso de lirios y se empezó a recaudar dinero para poder elaborar un monolito conmemorativo. Todo este trabajo familiar finalmente se materializó a través de la dignificación de la fosa con este monumento y la creación de la Asociación de Familiares de Ejecutados en el Cementerio de Ocaña. Frente a este trabajo familiar, destaca de forma negativa la participación nula del ayuntamiento en los procesos de democratización: aún están en pie los monumentos franquistas en la localidad.

Toledo supone la segunda provincia de Castilla-La Mancha con mayor número de fosas comunes registrada en el Mapa de Fosas, aunque con los datos conocidos gracias a las investigaciones del equipo de Mapas de la Memoria de la UNED pasaría al tercer puesto. Existen 49 fosas en 32 localidades diferentes. Aparecen 16 fosas no intervenidas, 2 no intervenidas, pero dignificadas, 4 exhumadas parcialmente y una que además ha sido dignificada, 12 exhumadas totalmente (aunque la mayoría no ha sido de forma científica y en muchos casos solo un traslado al osario) y una dignificada; 2 han desaparecido y, por último, 11 han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. Más del 55% de las fosas no han sido intervenidas o han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros. Las cifras de la represión franquista en Toledo siguen sin estar claras, pero los estudios de la última década se acercan cada vez más en torno a las 5000, siendo la razia la forma principal forma de represión durante el conocido como “primer terror”.

Autor: RAL y AVF.

Fosa de Mejorada en el Valle de Cuelgamuros

El Valle de Cuelgamuros es el monumento franquista más visible, la muestra más clara de la pervivencia de la materialidad franquista en la España democrática. Su construcción se inició al fin de la guerra y, aunque debería haberse terminado en el curso de un año, fue concluido en 1959. Aunque en principio se planteó como monumento a los «caídos por Dios y por la Patria», como otros tantos monumentos y conmemoraciones, al final de su construcción se mostró como un símbolo de la “concordia” y múltiples fosas fueron trasladadas, tanto de sublevados como de leales a la República, llevados estos últimos sin consentimiento de los familiares. La fosa de Mejorada fue trasladada al Valle de Cuelgamuros el 25 de marzo de 1959 y en su interior había 4 personas, probablemente afines al Régimen.

Toledo supone la segunda provincia de Castilla-La Mancha con mayor número de fosas comunes registrada en el Mapa de Fosas, aunque con los datos conocidos gracias a las investigaciones del equipo de Mapas de la Memoria de la UNED pasaría al tercer puesto. Existen 49 fosas en 32 localidades diferentes. Aparecen 16 fosas no intervenidas, 2 no intervenidas, pero dignificadas, 4 exhumadas parcialmente y una que además ha sido dignificada, 12 exhumadas totalmente (aunque la mayoría no ha sido de forma científica y en muchos casos solo un traslado al osario) y una dignificada; 2 han desaparecido y, por último, 11 han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. Más del 55% de las fosas no han sido intervenidas o han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros. Las cifras de la represión franquista en Toledo siguen sin estar claras, pero los estudios de la última década se acercan cada vez más en torno a las 5000, siendo la razia la forma principal forma de represión durante el conocido como “primer terror”.

Autor: RAL

Fosa de Fuensalida en el Valle de Cuelgamuros

El Valle de Cuelgamuros es el monumento franquista más visible, la muestra más clara de la pervivencia de la materialidad franquista en la España democrática. Su construcción se inició al fin de la guerra y, aunque debería haberse terminado en el curso de un año, fue concluido en 1959. Aunque en principio se planteó como monumento a los «caídos por Dios y por la Patria», como otros tantos monumentos y conmemoraciones, al final de su construcción se mostró como un símbolo de la “concordia” y múltiples fosas fueron trasladadas, tanto de sublevados como de leales a la República, llevados estos últimos sin consentimiento de los familiares. La fosa de Fuensalida fue exhumada al Valle de Cuelgamuros el 25 marzo de 1959, y en su interior había 35 víctimas.

Toledo supone la segunda provincia de Castilla-La Mancha con mayor número de fosas comunes registrada en el Mapa de Fosas, aunque con los datos conocidos gracias a las investigaciones del equipo de Mapas de la Memoria de la UNED pasaría al tercer puesto. Existen 49 fosas en 32 localidades diferentes. Aparecen 16 fosas no intervenidas, 2 no intervenidas, pero dignificadas, 4 exhumadas parcialmente y una que además ha sido dignificada, 12 exhumadas totalmente (aunque la mayoría no ha sido de forma científica y en muchos casos solo un traslado al osario) y una dignificada; 2 han desaparecido y, por último, 11 han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. Más del 55% de las fosas no han sido intervenidas o han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros. Las cifras de la represión franquista en Toledo siguen sin estar claras, pero los estudios de la última década se acercan cada vez más en torno a las 5000, siendo la razia la forma principal forma de represión durante el conocido como “primer terror”.  

Autor: RAL.

Fosa de Espinoso del Rey en el Valle de Cuelgamuros

El Valle de Cuelgamuros es el monumento franquista más visible, la muestra más clara de la pervivencia de la materialidad franquista en la España democrática. Su construcción se inició al fin de la guerra y, aunque debería haberse terminado en el curso de un año, fue concluido en 1959. Aunque en principio se planteó como monumento a los «caídos por Dios y por la Patria», como otros tantos monumentos y conmemoraciones, al final de su construcción se mostró como un símbolo de la “concordia” y múltiples fosas fueron trasladadas, tanto de sublevados como de leales a la República, llevados estos últimos sin consentimiento de los familiares. Este es el caso de la fosa de Espinoso del Rey, con el cuerpo de Esteban Rubio Castañeda, exhumados el 25 de marzo de 1959, probablemente afines al Régimen.

Toledo supone la segunda provincia de Castilla-La Mancha con mayor número de fosas comunes registrada en el Mapa de Fosas, aunque con los datos conocidos gracias a las investigaciones del equipo de Mapas de la Memoria de la UNED pasaría al tercer puesto. Existen 49 fosas en 32 localidades diferentes. Aparecen 16 fosas no intervenidas, 2 no intervenidas, pero dignificadas, 4 exhumadas parcialmente y una que además ha sido dignificada, 12 exhumadas totalmente (aunque la mayoría no ha sido de forma científica y en muchos casos solo un traslado al osario) y una dignificada; 2 han desaparecido y, por último, 11 han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. Más del 55% de las fosas no han sido intervenidas o han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros. Las cifras de la represión franquista en Toledo siguen sin estar claras, pero los estudios de la última década se acercan cada vez más en torno a las 5000, siendo la razia la forma principal forma de represión durante el conocido como “primer terror”.

Autor: RAL

Fosa en la Viña del tío Morillos

RAL052: Tumba de Severiano. Foto de Sandra Beldad Colado.

El mapa de las fosas comunes del Ministerio muestra en Guadalajara la presencia de 12 fosas comunes, pero la asociación Foro por la Memoria Histórica de Guadalajara remarca la falta de numerosas fosas en el mismo. Guadalajara es un caso anecdótico de la falta de estudios de localización y trabajos de exhumación, visible en los datos disponibles en el mapa: Desde 2006, solo se han exhumado fosas en 4 localidades: Cincovillas, Abánades, La Toba, y Guadalajara capital, esta exhumada solo de forma parcial. A ello se le suma el olvido intencionado por instituciones en localidades como Sigüenza. La falta de estudios y el olvido intencionado generan un amplio desconocimiento en las fosas de la provincia.

El 8 de agosto de 2011, tras cuatro días de excavaciones, se recuperaron en La Toba los restos de Severiano Clemente González gracias a los trabajos de diferentes voluntarios y profesionales de Foros por la Memoria. Severiano Clemente González era panadero natural del pueblo alcarreño de Medranda. Fue asesinado por requetés (organización paramilitar carlista creada a inicios del siglo XX y que participó en la Guerra Civil con más de 60000 combatientes voluntarios) en noviembre de 1936. Tras su recuperación, los restos fueron llevados a Barcelona para su identificación y, posteriormente, a su pueblo natal para ser exhumado en el cementerio local con dignidad, acompañado por familiares y vecinos. De este proceso se hizo un documental en memoria del panadero que permite vislumbrar el trabajo detrás de las exhumaciones.

Autoría: RAL.

Desarticulación del AGLA en 1952

La Guardia Civil en su descanso en la lucha contra el AGLA. Fuente: AGUADO SÁNCHEZ, Francisco, El maquis en España: su historia, Madrid, Librería Editorial San Martín, 1975.

En 1952 apenas se produjeron movimientos en el AGLA, exceptuando algún golpe económico y algún que otro secuestro. Se aplicaron, eso sí, numerosas leyes de fugas en Campo Arcís y en Cofrentes. Desde comienzos de año se produce la evacuación hacia Francia de los guerrilleros, como es el grupo de José Gros “Antonio el Catalán”, el de Adelino Pérez “Teo” y Juan Giménez Garrido “Jacinto”. En Francia se les da la orden de retirada. 

La zona de Cofrentes fue el núcleo desde el que se organizó la salida a Francia, contando con el apoyo del partido comunista de Cortes de Pallás. De este modo, a lo largo de todo el año, fueron saliendo a cuentagotas los distintos grupos de guerrilleros. Al llegar a Barcelona o Navarra, pasan a pie por Los Pirineos. Algunos de ellos fueron detenidos, otros lograron con éxito cruzar la frontera francesa. 

Sin embargo, teniendo noticias de que la base para la salida a Francia estaba en la comarca de Cofrentes, se envió allí al teniente Álvaro Casado. El 27 de abril, un grupo de guardias compuesto por el teniente, tres cabos y trece números, estableció zonas de vigilancia desde Buñol hasta Cofrentes. Al amanecer detectaron humo que procedía de la loma alta del Pinoval y se prepararon para atacar. Los guerrilleros, puestos sobre aviso con los ladridos de un perro que detectó movimiento, se posicionaron. El tiroteo se saldó con varios heridos, la detención de Basiliso Serrano y otros tantos que lograron escapar y, tras varios días desorientados, contactaron con la Agrupación y llegaron a Francia, donde permanecerían exiliados hasta el final de sus días. 

Autora: LPG