En la mayor parte de los pueblos de la provincia de Toledo, la sublevación no se produjo o fue sofocada a los pocos días: en el mundo rural no existía una trama conspiradora de envergadura o suficientemente coordinada. Por otro lado, la mayor parte de la Guardia Civil fue enviada a la capital de la provincia según el plan establecido por el jefe de su Comandancia Provincial, Pedro Basart, lo que privó a los pueblos de un importante efectivo para desplegar la sublevación. Sólo en una minoría de localidades había círculos conspiradores que pasaron a la acción una vez se produjo el alzamiento, proceso que tuvo lugar en la propia capital, Toledo. En otro grupo de municipios hubo enfrentamientos armados de pequeña envergadura entre las fuerzas populares y los partidarios de la sublevación, que se resolvieron pronto en favor de los primeros. Fue el caso de Almonacid, Calera, Chozas, El Casar de Escalona, Carmena, Escalonilla, Lagartera, Mora, Pelahustán, Polán, Romeral, Villanueva de Bigas, Los Yébenes y la Puebla de Montalbán.
La Puebla de Montalbán se encontraba en plenas fiestas patronales cuando se produjo la sublevación. El baile, acontecimiento central de las fiestas, fue suspendido, y los simpatizantes de las izquierdas acudieron a la Casa del Pueblo para organizarse.
Autora: ACP