Tras el asalto al campamento de Cerro Moreno, el 5º Sector sobrevivió durante los años de 1950 y 1951, no sin gran sensación de derrota y a la espera de las órdenes del AGLA de retirada.
Tras estos acontecimientos, surgió una nueva táctica que no fue fácil de asimilar por parte de los guerrilleros. En estos años, el 5º Sector recurrió a un guerrillero local, Víctor Plácido Pérez García “Tomás”, para ejercer la jefatura, aunque en la práctica fueron Marcelino García “Segundo” y Rafael Galindo “Mauro” quienes tomaban las decisiones. A pesar de la debacle, las filas del 5º Sector contaban con unos cuarenta y cinco guerrilleros activos.
Se incrementó la actividad política en los campamentos, reduciendo las antiguas acciones basadas en golpes económicos y secuestros. También se introdujeron novedades, como la asignación mensual de quinientas pesetas a cada guerrillero, pagada con el dinero procedente de Francia. No obstante, aunque en menor medida, continuaron los golpes económicos. Prueba de ello es, por ejemplo, la obtención de 7000 pesetas por parte de “Segundo” en La Almarcha, donde atracó la casa del fabricante de harinas Pedro Miguel Lasso.
Este cambio de estrategia desconcertó a la Guardia Civil, pues tuvieron que modificar las tácticas de persecución y represión, introduciendo un método novedoso: la captación de familiares. Como la mayoría de los guerrilleros eran oriundos de la zona, al interrogar y torturar a los familiares, muchos de ellos se vieron obligados a desertar y entregarse.
Autora: LPG