Bunker Alberche III

Imagen de interior del bunker III, en la que se aprecian las troneras con sus huecos para las cajas de munición. Fuente: https://www.monumentalnet.org/monumento.php?album=&r=TO-CAS-013-UNO&n=B%C3%BAnker+I+de+Talavera+de+la+Reina&p=1

El 3 de septiembre de 1936 las tropas sublevadas del Norte de África dirigidas por el coronel Yagüe derrotan a las tropas republicanas comandadas por Manuel Riquelme sustituido 2 días antes del ataque por el coronel Salafranca, entrando en la población de Talavera del Tajo, renombrada así desde el 18 de julio de ese mismo año. Tras la toma del municipio cae así la última población importante que se interpone entre el ejército sublevado y Madrid. El ejército de la República toma posiciones y el frente se estabiliza al Sur del río Tajo, dejando a los sublevados en la orilla Norte. Llegados estos momentos los puentes son elementos estratégicos fundamentales, y el bando sublevado durante 1937-1938 comienza a fortificarlos apostando bunkeres con nidos de ametralladoras.

El bunker del río Alberche III, es una de las tres construcciones sublevadas realizadas en hormigón armado situada en la orilla Norte del río, con la finalidad de proteger el paso de un antiguo puente de la N-V que comunicaba las dos orillas.  El bunker es un emplazamiento de tipología alemana de planta rectangular, la techumbre en su parte externa es plana, pero en su interior presenta un techo abovedado. En la parte externa presenta multitud de troneras para ametralladoras tanto en el centro de sus laterales como en sus esquinas para tener una protección por todo su entorno circundante, bajo cada una de las troneras se establecen huecos a modo de repisa para albergar las cajas de munición.

Hoy en día, presenta un estado de conservación deficiente, aunque es el más pequeño de los 3, es el mejor conservado, pudiendo entrar sin problemas a su interior.

Autor: GRM

Bunker Alberche II

Detalle de daños estructurales del bunker II. Fuente: https://www.monumentalnet.org/monumento.php?album=&r=TO-CAS-013-DOS&n=B%C3%BAnker+II+de+Talavera+de+la+Reina&p=1

El 3 de septiembre de 1936 las tropas sublevadas del Norte de África dirigidas por el coronel Yagüe derrotan a las tropas republicanas comandadas por Manuel Riquelme sustituido 2 días antes del ataque por el coronel Salafranca, entrando en la población de Talavera del Tajo, renombrada así desde el 18 de julio de ese mismo año. Tras la toma del municipio cae así la última población importante que se interpone entre el ejército sublevado y Madrid. El ejército de la República toma posiciones y el frente se estabiliza al Sur del río Tajo, dejando a los sublevados en la orilla Norte. Llegados estos momentos los puentes son elementos estratégicos fundamentales, y el bando sublevado durante 1937-1938 comienza a fortificarlos apostando bunkeres con nidos de ametralladoras.

El bunker del río Alberche II, es una de las tres construcciones sublevadas realizadas en hormigón armado situada en la orilla Norte del río, con la finalidad de proteger el paso de un antiguo puente de la N-V que comunicaba las dos orillas.  El bunker es un emplazamiento de tipología alemana de planta rectangular, la techumbre en su parte externa es plana, pero en su interior presenta un techo abovedado. En la parte externa presenta multitud de troneras para ametralladoras tanto en el centro de sus laterales como en sus esquinas para tener una protección por todo su entorno circundante.

Hoy en día, presenta un estado de conservación deficiente, con grandes daños estructurales debido a la construcción del puente nuevo en sus inmediaciones, que ha provocado grandes grietas en la fortificación. Se encuentra prácticamente sepultada por la vegetación, pero aún es posible su acceso al interior.

Autor: GRM

Bunker Alberche I

Imagen externa del bunker I en la que se pueden observar varias de las troneras. Fuente: https://www.monumentalnet.org/monumento.php?r=TO-CAS-013-TRE&n=B%C3%BAnker+III+de+Talavera+de+la+Reina&album=

El 3 de septiembre de 1936 las tropas sublevadas del Norte de África dirigidas por el coronel Yagüe derrotan a las tropas republicanas comandadas por Manuel Riquelme sustituido 2 días antes del ataque por el coronel Salafranca, entrando en la población de Talavera del Tajo, renombrada así desde el 18 de julio de ese mismo año. Tras la toma del municipio cae así la ultima población importante que se interpone entre el ejército sublevado y Madrid. El ejército de la República toma posiciones y el frente se estabiliza al Sur del río Tajo, dejando a los sublevados en la orilla Norte. Llegados estos momentos los puentes son elementos estratégicos fundamentales, y el bando sublevado durante 1937-1938 comienza a fortificarlos apostando bunkeres con nidos de ametralladoras.

El bunker del río Alberche I, es una de las tres construcciones sublevadas realizadas en hormigón armado situada en la orilla Norte del río, con la finalidad de proteger el paso de un antiguo puente de la N-V que comunicaba las dos orillas.  El bunker es un emplazamiento de tipología alemana de planta cuadrada con acceso acodado por uno de sus laterales, la techumbre en su parte externa es plana, pero en su interior presenta un techo abovedado. En la parte externa presenta multitud de troneras para ametralladoras tanto en el centro de sus laterales como en sus esquinas para tener una protección por todo su entorno circundante.

Hoy en día, aunque es la construcción mejor conservada de las tres que conforman la defensa del Alberche, se encuentra prácticamente sepultada por la vegetación y es complicado su acceso al interior.

Autor: GRM

Cementera Asland

Imagen de uno de los edificios de la antigua cementera Asland y dibujo en el que recogen los impactos de arma de fuego. Fuente: Cota 667.

La importancia de material para llevar a cabo las fortificaciones de campaña durante la guerra es fundamental, por ello lugares como minas y fabricas adquieren una gran importancia a lo largo del conflicto. La fabrica cementera Asland se localizaba en el municipio toledano de Villaluenga de la Sagra y su producción es muy importante para elaborar elementos defensivos, como bunkers, o nidos de ametralladora que necesitan estructuras de hormigón.

Arconada en su libro de 1978, menciona la historia de un grupo de republicanos que deciden pasar la noche en los edificios de la cementera, cuando por la maña fueron atacados primero con aviación italiana y más tarde por la infantería legionaria.

Moros y legionarios se arrastraban por el suelo y disparaban. Comenzó la fusilería a apretar sus racimos de explosiones continuas. Las ametralladoras eran como el telégrafo que trasmitía mensajes de muerte en una cinta que se cortaba de vez en cuando, en intermitencias (Arconada 1978, p. 320).

No es seguro que el ataque se produjera tal y como se narra en la obra de Arconada, pero lo que, si que es cierto, es que, hoy en día al visitar la zona, en las fachadas de los edificios que aún se encuentran en pie, se observan restos de impactos de armas de fuego, lo que pone de manifiesto la existencia de combates en la zona, posiblemente por el control de la producción de la fábrica, que era necesario para proteger el frente que se encontraba a escasos kilómetros.

Autor: GRM

El Palacio Rojo

Impactos de bala en las rejas del obispado de Ciudad Real. Fuente: Fotografía de Gerardo Rojas.

El Palacio Rojo, es el nombre que recibe la sede episcopal de Ciudad Real una vez es incautada y ocupada por el PCE en 1936. Es un edificio que fue inaugurado en 1887 y se levanta en las inmediaciones de la calle Caballeros y la catedral de Ciudad Real. En marzo de 1939 el jefe del Ejército del Centro, Segismundo Casado da un golpe contra el gobierno de Negrín, con la intención de acabar la guerra y buscar una salida sin represalias para los republicanos. Tras estos acontecimientos, se producen enfrentamientos entre las diferentes facciones del bando republicano.

En el caso de Ciudad Real, los miembros del PCE tanto civiles como militares que no estaban de acuerdo con la situación de Casado, se hacen fuertes en el Palacio Rojo. En un primer momento se intenta negociar con los atrincherados, pero tras las negociaciones nulas, se pide a el general Escobar que intervenga en el conflicto. El encargado de sofocar las tensiones fue el comandante anarquista Máximo Franco con las fuerzas de la 71 División y la Brigada 126 de la 28 División.

El día 11 de marzo se toman posiciones en la torre de la catedral con dos ametralladoras y numerosos efectivos en los edificios cercanos para hacer fuego de fusilería, así como dos tanques, uno situado en el prado y otro por la parte trasera del edificio. A las 8 de la mañana se comienza el ataque, recibiendo los ocupantes del edificio numeroso fuego de ametralladora y fusil. A las 9:15 se produce un alto al fuego. Durante el asalto resultan muertos dos militares, un sargento y un soldado y nueve heridos, seis militares y tres de los ocupantes del edificio.

Hoy en día solo quedan vestigios de este suceso en las verjas que cubren las ventanas de la calle Caballeros, en las cuales se pueden ver violentos impactos de arma de fuego y restos de metralla de alguna explosión cercana, que conforman los únicos vestigios violentos de la guerra civil en la capital de la provincia de Ciudad Real.

Autor: GRM

Ejecuciones en el Puente de Alarcos

Imagen del puente y molino de Alarcos. Fuente: https://www.miciudadreal.es/2013/07/21/el-paso-antiguo/

El puente de Alarcos es el puente de la antigua carretera dirección Extremadura que se levanta sobre las aguas del río Guadiana. Por lo que durante siglos ha sido uno de los puntos clave para cruzar el río y llegar a la capital de la provincia desde Extremadura.

Durante el verano de 1936, concretamente a finales del mes de agosto, se producen una serie de detenciones en el cercano municipio de Piedrabuena. En este momento se producen unas 33 detenciones por parte del bando republicano y los detenidos deben de ser trasladados a la capital de la provincia. Durante los traslados, en tres días diferentes son ejecutadas un total de 15 personas en el puente de Alarcos, siendo enterradas en la vecina aldea de Valverde. Llama la atención que la mayoría de los fusilados se corresponden con grandes terratenientes y dueños de industrias de Piedrabuena, los cuales sufren tempranas expropiaciones por parte del gobierno.

Federico González, Alejandro Sampablo, Juan Velasco, Urbano y Julio Simón, Manuel Mateo, Julio Camarena, Marcelo Martín, Federico y Manuel González, José Gómez de los Ríos, Ángel Gómez, Ángel Herrera, Juan Mota Alegría y Urbano Paredes Donaire. Son los nombres de los ejecutados durante los traslados. Estos hechos no caen en el olvido y en marzo del 39 las familias de los ejecutados apoyadas por los falangistas de Piedrabuena realizan una comisión para trasladar a los fusilados desde Valverde a Piedrabuena y se llevan a cabo detenciones de los implicados, además, de otras personas que habían estado apoyando a la república, los cuales son procesados y 22 de ellos son fusilados entre 1939 y 1942.

Sebastián Palomo Rincón, Pedro Rodrigo Campos, Emerenciano Delgado Laguna, José C. Fernández Carmona, Alberto Maurelo Montes, Urbano Rodríguez Gabrera, Felipe Jiménez Leal, Eugenio Sanz Casado, Gregorio Vela Vélez, Pedro Vidal Ciudad, Basilio y Francisco Campos Colorado, Marcos Fernández Ruedas, Simón García Fernández, Aurelio Sacedón López, Purísima Barrajón Galindo, Prudencio A. Espinosa Vidal, Juan José Ramírez Velázquez, Gregorio Lizcano, Alejandro Aranda, Ceferino Villacañas y Leandro Hidalgo.

Autor: GRM

El Gargantón

A unos 10 km del municipio de Piedrabuena en las inmediaciones del río Bullaque, se localiza la finca El Gargantón, que, durante 1938 tras los ataques del ejército sublevado al sector de Almadén, se convierte en el lugar perfecto para establecer el cuartel general del ejército de Extremadura del bando republicano. Desde el 23 de octubre del 38, el general encargado de liderar al ejército de Extremadura será Antonio Escobar Huerta.

Aunque el cuartel general se localizara en Gargantón, no significa que la tropa estuviera allí también, ya que una gran cantidad de soldados se establecen en el municipio de Piedrabuena, acogidos por los vecinos o establecidos en barracones de madera situados en las cercanías de la carretera que va al río y a Los Pozuelos.

Desde estas posiciones, se toman las decisiones de realizar la ofensiva hacia Córdoba y Extremadura por parte de la república, en la denominada Batalla de Valsequillo durante el mes de enero de 1939.

Ya en marzo del mismo año, las tropas sublevadas avanzan sin encontrar mucha resistencia desde Extremadura hacia el interior manchego, en la denominada ofensiva de la Victoria dirigida por el general Juan Yagüe. A finales de marzo el cuartel general del ejército de Extremadura cae, siendo Escobar arrestado, cayendo así el ultimo foco de posible resistencia antes de llegar a la capital de la provincia.

Testimonio de la inminente llegada de las tropas marroquíes a la zona, son la multitud de proyectiles sin detonar hallados en la cercana tabla de la Yedra, en el río Bullaque, la cual fue utilizada para deshacerse de armamento por parte del ejército Popular de la República, evitando así que cayeran en manos del enemigo.

Hoy en día, la finca El Gargantón sigue siendo una finca privada, con industria en su interior de productos de la tierra, habiendo dejado atrás su pasado belicoso.

Autor: GRM

Senderos de la memoria: Ruta de Moya

Monolito Santa Cruz de Moya. Fuente: https://www.lagavillaverde.org/

La asociación La Gavilla Verde desarrolla un proyecto para la recuperación de los caminos y senderos tradicionales, que ha denominado “Senderos de la Memoria”. El objetivo de este proyecto consiste en la recuperación de los caminos tradicionales, muchos de ellos vinculados a la lucha guerrillera y su represión por parte de las fuerzas franquistas. La Gavilla Verde también pretende poner en valor aquellos espacios naturales en los que transcurrió la vida de nuestros antepasados en la serranía conquense. Es un proyecto abierto a todas aquellas personas que tratan de defender el patrimonio natural y rural.

La Gavilla Verde propone varios tipos de rutas, entre ellos los senderos de Santa Cruz de Moya. Tiene especial interés la ruta que une Santa Cruz de Moya con el rento de Asturias hasta llegar a Moya. La importancia de esta ruta radica en su paso por diferentes ecosistemas naturales, corrales ganaderos y rentos abandonados en los que se refugiaron algunas partidas de guerrilleros vinculados a la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón. En esta ruta también se visita el monumento al guerrillero, situado en la localidad de Santa Cruz de Moya, de enorme importancia debido a su afán reivindicativo de todas aquellas personas que formaron parte de la resistencia antifranquista.

La Gavilla Verde propone otra serie de rutas en la zona de Els Ports (Morella, Alcañiz y Tortosa), donde también desarrolló la actividad guerrillera el AGLA.

Autora: LPG

Iglesia de la Asunción en Valdepeñas

Sacrarium o Relicario antes de la guerra. Imagen incluida en Catálogo monumental artístico-histórico de la provincia de Ciudad Real de Bernardo Portuondo (1917).

Durante la Guerra Civil las iglesias de Valdepeñas se vieron enormemente afectadas por la contienda a pesar de que la localidad no estuvo situada en zona de frente. Desde el año 1936 los templos de la localidad fueron tomados y saqueados por grupos de ideologías afines a la República. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Valdepeñas fue usada como almacén y taller, así como vivienda para evacuados. Aunque no experimentó grandes daños estructurales, sí sufrió la pérdida de la práctica totalidad de sus imágenes devocionales y sus objetos litúrgicos.  

El retablo mayor fue desmontado y quemado pero, sin que aún hoy se sepa cómo, se salvaron seis pinturas sobre tabla de estilo renacentista que habían formado parte de su decoración. Una vez acabada la guerra fueron encontradas ocultas en el coro alto de la iglesia. Se trataba de piezas presumiblemente realizadas en el taller de Fernando Yañez de la Almedina, que fueron recuperadas, restauradas e incluidas en el nuevo retablo de 1958 donde se mantienen en la actualidad. En el edificio había otros retablos también desaparecidos como el de San Lorenzo, de estilo neoclásico y dedicado al patrón de la localidad, o el de la Piedad, situado muy cerca del anterior en la nave norte del templo y de estilo barroco. También se destruyeron los retablos de la Virgen de Gracia y el de San Ramón. Igualmente, fueron quemados el Órgano y el Sacrarium o Relicario que estaba en la sacristía y del que solo quedan las grisallas que lo enmarcaban pintadas en la pared. Entre las imágenes devocionales destruidas destaca un San Pedro, con tiara y vestiduras papales. La imagen de la Virgen de Consolación fue profanada aunque no destruida tirándola al suelo desde su hornacina del altar mayor, arrancándole los ojos y dañando sus manos.  

 

Autora: SGA

Fosa en el cementerio de Argamasilla de Alba

Cementerio de Argamasilla de Alba. Fuente: Mapas de memoria

La fosa de Argamasilla de Alba se encontraba situada en el antiguo cementerio civil de la localidad, actualmente perdido debido a la construcción de un nuevo edificio. Esto llevó a que las diferentes sepulturas donde se encontraban los tres difuntos desapareciese. Las personas que otrora ocuparon este espacio fueron Nolasco Olmedo Carmona, quien se suicidó para evitar las represalias el 08 de abril de 1939; Félix Rojano Navarro (m. 07/11/1942) y Pedro Aparicio Serrano (m. 06 21/06/1944), ambos a causa de torturas en el depósito municipal. Esta situación de olvido contrarresta con el cuidado y la preocupación con el que se mantiene el “Monumento a los Caídos por Dios y por España” en el cementerio de la localidad.

En Ciudad Real, el número de fosas localizadas asciende a 53, en las que se han encontrado 3457 cuerpos. Sólo el 4% ha sido exhumado al completo. Dentro de la provincia se aprecian marcadas diferencias en torno al tamaño de las fosas: mientras que la fosa de Ciudad Real alberga el 35% de las víctimas totales de la provincia,  la de Alcázar de San Juan contiene 12% y la de Almodóvar del Campo se sitúa en tercer lugar con el 8% de las victimas, la mayor parte de las fosas suelen ser de pequeño tamaño y algunas de ellas contienen tan sólo los cadáveres de miembros de partidas guerrilleras ejecutados individualmente o en pequeños grupos.