A pesar del trabajo constante de asociaciones y el desarrollo de investigaciones desde el ámbito universitario, el desconocimiento de las fosas comunes en la Comunidad sigue siendo habitual, en muchos casos motivado por la falta de interés de las propias entidades locales y de gobierno. Son múltiples las fosas que aún están sin intervenir.
Este es el caso de la fosa de Chinchilla, ubicada en el cementerio municipal y con un número de víctimas desconocido, pero que correspondería con aquellos fusilados y muertos en la cárcel durante 1939. El Castillo de Chinchilla había funcionado como cárcel desde 1840, y sólo se interrumpió este uso en 1925, cuando Miguel Primo de Rivera la cerró por las insalubres condiciones del penal. A partir de 1930 volvió a utilizarse como prisión y así se mantuvo de forma continuada hasta 1946, aunque Victoria Kent valoró cerrarla en 1931: su dimisión paró el proyecto. El cierre definitivo del penal de Chinchilla tuvo como razones principales las mismas que habían motivado todos los intentos previos: las especialmente deplorables condiciones del mismo penal. Durante la posguerra, el penal del castillo de Chinchilla de Montearagón fue famoso por sus duras condiciones y el sufrimiento de sus internos.
El Mapa de fosas del Ministerio de Presidencia sitúa en Castilla-La Mancha 194 fosas, de las cuales 22 proceden de la provincia de Albacete. Dentro de la provincia, 7 fosas no han sido intervenidas y 3 están desaparecidas. La provincia de Albacete ha generado un renovado interés en los trabajos de Memoria Democrática a través del desarrollo del Mapa de la Memoria Democrática de Albacete, del equipo del Seminario de Estudios del Franquismo y la Transición, de la Universidad de Castilla-La Mancha, así como por el proyecto «Víctimas de la Dictadura en Castilla-La Mancha».
Autor: RAL