Aunque el 1 de abril de 1939 el general Francisco Franco daba por terminada la Guerra Civil, la paz estuvo muy lejos de llegar al país. La fuerte represión supuso que muchos militares republicanos buscaran refugio en las zonas montañosas de la provincia de Toledo, al igual que ocurrió en el resto de España. A ellos se unieron huidos de las cárceles franquistas, que fueron formando, hasta 1944, pequeñas partidas que actuaban con independencia, sin organización política y, en un primer momento, por pura supervivencia. Sus principales actuaciones se centraron en el robo en casas de campo para proveerse de alimentos, dinero y armas y, en ocasiones, secuestraron a personas adineradas para cobrar el rescate y comprar determinados productos a sus enlaces.
Aunque fueron numerosas las partidas que surgieron en este tiempo, pocas fueron relevantes. En la llamada Posición España, que eran como denominaban a las cuevas de la Sierra de Mohedas de la Jara, se organizó la Agrupación Guerrillera de Extremadura, que también actuó en la provincia de Toledo, en noviembre de 1944. El mando militar fue atribuido a Jesús Bayón González “Carlos” y Dionisio Tellado Vázquez “Mario de Rosa” fue elegido jefe de Estado Mayor, mientras que “Quincoces” se encargó de dirigir a la partida de guerrilleros.
Autora: LPG