Eugenio Herrera García “Cuquillo” estuvo integrado en un primer momento en la partida de “El Comandante Honorio” y luego formó parte de la 23ª División de la 2ª Agrupación Guerrillera, de la que fue expulsado el 22 de julio de 1946 por su mal comportamiento. A partir de entonces formó su propia partida, con un radio de acción centrado en Badajoz, Toledo y Ciudad Real, aunque con muy poca actividad. Le acompañaron Elisa Paredes Aceituno “Golondrina”, su compañera sentimental, y Adrián Escribano Calderón “Hocino” o “Comandante Donato”.
La partida de “Cuquillo” tuvo poca actividad, únicamente dieron golpes económicos para conseguir los recursos necesarios para sobrevivir en la sierra y actuaron muy espaciadamente. Tras el golpe, solían esconderse en una casa y se exponían muy poco.
“Cuquillo” y “Golondrina” habían tenido varios hijos en la sierra, a los que dejaron abandonados en casas de campo. Iban a ser padres de nuevo a finales de abril, pero un médico les recomendó que el parto debía producirse en las mejores condiciones porque era doble, por lo que decidieron esconderse en la casa de campo que una prima suya tenía en las proximidades de Minas de Santa Quiteria (Toledo). Sin embargo, la prima y su marido habían sido descubiertos por la Guardia Civil y, tras someterles a fuertes sesiones de torturas, acabaron confesando su colaboración con la partida de “Cuquillo”.
Durante días, miembros de la Guardia Civil permanecieron apostados esperando la llegada de la partida. Finalmente, el 30 de abril de 1950, “Cuquillo” y sus tres compañeros entraron en la casa y fueron acribillaron a balazos. Uno de los guardias civiles quiso salvar a “La Golondrina”, pero prefirió morir abrazada a su compañero.
Autora: LPG