La fosa de Bonete fue trasladada al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos, el 15 de diciembre de 1961, donde se encontraban los cuerpos de Jacinto Matarín Matarín y Tomás Ribera Mena, probablemente afines al régimen.
El Mapa Estatal de Fosas sitúa en Castilla-La Mancha 194 fosas, de las cuales 22 proceden de la provincia de Albacete. Dentro de la provincia, 7 fosas no han sido intervenidas y 3 están desaparecidas. De todas las fosas de Albacete, 7 fueron trasladadas al Valle de Cuelgamuros. El gobernador civil y jefe provincial del Movimiento de Albacete, Santiago Guillén Moreno, pidió a los Ayuntamientos de la provincia que informasen de la posibilidad de hacer traslados de “Caídos por España” al Valle, pero se encontró con la negativa de numerosas familias y consistorios. Sólo se consiguió el traslado de 65 cadáveres, la mayoría de personas desconocidas y, por tanto, sin el consentimiento expreso de las familias.
El Valle de Cuelgamuros es el monumento franquista más visible, la muestra más clara de la pervivencia de la materialidad franquista en la España democrática. Su construcción se inició al fin de la guerra y, aunque debería haberse terminado en el curso de un año, fue concluido en 1959. En principio se planteó como monumento a los caídos por Dios y por la Patria, como otros tantos monumentos y conmemoraciones de la primera parte de la posguerra, pero cuando se finalizó su construcción la estrategia propagandística del régimen se había modificado y se prefirió mostrar al monumento como un símbolo de la “concordia”, por lo que se trasladaron a éste cadáveres de los dos bandos. La mayor parte de las víctimas de la represión franquista que se trasladaron al Valle de Cuelgamuros fueron llevadas sin consentimiento de los familiares.
Autor. RAL