Los campos de concentración franquistas surgieron en las horas próximas a la sublevación del 18 de julio de 1936, y se fueron extendiendo con el avance del Ejército sublevado. Estos campos de concentración, según el historiador Javier Rodrigo, fueron centros de detención ilegal y extrajudiciales regidos por la administración militar y utilizados para internar y clasificar, sin juicio, a los prisioneros de guerra y evadidos republicanos. En un número menor de ocasiones, estos campos también albergaron a poblaciones civiles cuando la toma de un territorio implicaba la caída en bando sublevado de grandes masas de ciudadanos, así como a los refugiados de la Segunda Guerra Mundial procedentes de Francia.
De los 40 campos de concentración ubicados en Castilla-La Mancha gracias a las investigaciones de Carlos Hernández de Miguel, 13 de ellos se encontraron en la provincia de Ciudad Real, la mayoría de los cuales (10) tuvieron un carácter provisional, y tres de ellos fueron campos estables. Asimismo, solamente las ubicaciones de tres de ellos se han conseguido localizar por completo, mientras que 10 de estos campos no tienen una localización exacta.
En el expediente judicial de José Trujillo Peña en el Archivo General e Histórico de la Defensa1 se encuentra una referencia a la presencia de un campo de concentración temporal en Almagro al terminar la guerra, pero no se concreta el lugar. También lo cita Carlos Hernández en su libro sobre los campos de concentración de Franco2, aunque sin aportar apenas información al respecto.
Según el periodista Francisco José Martínez Carrión, se trata más bien de un campo de prisioneros que pudo haber estado situado en la Casa de Tercia, un “enorme caserón que ocupaba toda una manzana lindante con la Ronda de Calatrava, calle del Águila y el callejón de los Moros3. Durante siglos, la Casa de la Tercia perteneció a la Mesa Maestral de la Orden de Calatrava y era donde se almacenaba el tercio de los impuestos en especie que pagaban agricultores y comerciantes”. La fuente en la que se apoya Martínez Carrión es documentación inédita de Anselmo Lozano, antiguo secretario de la OJE y corresponsal del diario Lanza en Almagro durante muchos años, que habla de un “batallón de fortificaciones” de fuerzas pertenecientes a las “tropas vencidas del Gobierno rojo del Frente Popular”, que hicieron obras de reforma en la Plaza Mayor en junio de 1939.
Durante abril de 1939, mes en que se mantuvo en funcionamiento, se encontraban en el campo cerca de 2.630 personas.
Autores: AVF y ALLV