Aunque el 1 de abril de 1939 el general Francisco Franco daba por terminada la Guerra Civil, la paz estuvo muy lejos de llegar al país. La fuerte represión supuso que muchos militares republicanos buscaran refugio en las zonas montañosas de la provincia de Toledo, al igual que ocurrió en el resto de España. A ellos se unieron huidos de las cárceles franquistas, que fueron formando, hasta 1944, pequeñas partidas que actuaban con independencia, sin organización política y, en un primer momento, por pura supervivencia.
Aunque fueron numerosas las partidas que surgieron en este tiempo, pocas fueron relevantes. El 30 de junio de 1940 se fugaron de la cárcel de Aldeanueva de San Bartolomé (Toledo) Jesús Gómez Recio “Quincoces”, que había sido elegido alcalde por el PSOE en 1932, y tres compañeros más. A su embrionaria partida se unieron hombres de toda la comarca de La Jara, convirtiéndose en la más amplia de toda la zona Centro, con un total de 22 guerrilleros. En un primer momento, estos guerrilleros se movieron por las sierras de Guadalupe y Altamira, entre las provincias de Toledo y Cáceres, así como por Cabañeros (Ciudad Real) y mantenían contactos con sus familias, que les proporcionaban víveres y pertrechos. Su objetivo era la supervivencia. La partida de “Quincoces” extendió una amplia red de enlaces por la zona cercana a Aldeanueva de San Bartolomé, donde gozaban de un gran prestigio. Poco a poco, “Quincoces” comenzó a orientar su actividad al derrocamiento del régimen.
Autora: LPG