Aunque el 1 de abril de 1939 el general Francisco Franco daba por terminada la Guerra Civil, la paz estuvo muy lejos de llegar al país. La fuerte represión supuso que muchos militares republicanos buscaran refugio en las zonas montañosas de las provincias de Ciudad Real y Toledo, al igual que ocurrió en el resto de España. A ellos se unieron huidos de las cárceles franquistas, que fueron formando, hasta 1944, pequeñas partidas que actuaban con independencia, sin organización política y, en un primer momento, por pura supervivencia. Sus principales actuaciones se centraron en el robo en casas de campo para proveerse de alimentos, dinero y armas y, en ocasiones, secuestraron a personas adineradas para cobrar el rescate y comprar determinados productos a sus enlaces.
A primeros de 1945 quedó constituida oficialmente la 1ª Agrupación Guerrillera del Ejército de Extremadura-Centro, compuesta inicialmente por tres divisiones, entre las que destaca la 14ª, dirigida por “Quincoces”. Su actividad se concentró en la provincia de Cáceres, la comarca de La Jara (Toledo), Anchuras de los Montes (Ciudad Real) y la zona circundante al Pantano de Cíjara (Badajoz). Su eje central estaba situado en las sierras de Altamira, Palomera y La Mimbrera, con algunos campamentos principales instalados en la sierra del Rostro, en las proximidades de Castañar de Ibor y en El Obispillo, entre los términos municipales de Navalvillar de Ibor y Navatrasierra (Cáceres).
Autora: LPG