Durante el verano de 2012 empezaron los trabajos de exhumación gracias al trabajo de la Asociación de Familiares de Republicanos Desaparecidos (AFAREDES) y la promoción de familiares de los represaliados en Calera y Chozas de las múltiples fosas que se encontraban en el camino al cementerio de la localidad. Los trabajos estuvieron coordinados por César Pacheco Jiménez y de ella se pudieron exhumar en torno a 28 personas, en diversas franjas de tamaños variados, pero dispuestas en todo el camino. El 10 de febrero del año siguiente se realizó un acto homenaje por las víctimas y fueron enterrados de forma conjunta en una tumba-homenaje. Los datos en porcentaje de la represión en Calera y Chozas son abrumadores: el 3,2% de su población total fue asesinada, lo que corresponde en torno a un 10% de la población activa de la localidad.
Toledo supone la segunda provincia de Castilla-La Mancha con mayor número de fosas comunes registrada en el Mapa de Fosas, aunque con los datos conocidos gracias a las investigaciones del equipo de Mapas de la Memoria de la UNED pasaría al tercer puesto. Existen 49 fosas en 32 localidades diferentes. Aparecen 16 fosas no intervenidas, 2 no intervenidas, pero dignificadas, 4 exhumadas parcialmente y una que además ha sido dignificada, 12 exhumadas totalmente (aunque la mayoría no ha sido de forma científica y en muchos casos solo un traslado al osario) y una dignificada; 2 han desaparecido y, por último, 11 han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. Más del 55% de las fosas no han sido intervenidas o han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros. Las cifras de la represión franquista en Toledo siguen sin estar claras, pero los estudios de la última década se acercan cada vez más en torno a las 5000, siendo la razia la forma principal forma de represión durante el conocido como “primer terror”.
Autor: RAL