La fosa del cementerio de Oropesa es una de las 16 fosas que no han sido intervenidas. Este caso es paradigmático: el 29 de octubre de 2013, bajo el mandato del alcalde del PP José Manuel Sánchez Arroyo, se publicó en el Boletín Oficial de la provincia de Toledo el acuerdo por el que se había decidido el cierre del antiguo cementerio de la localidad (para construir un parque) y se daba un plazo de tres meses para que las familias pudieran «adoptar las medidas que su derecho» les permitiese. El Foro por la Memoria de Toledo, habiendo conocido la noticia, contactó con el ayuntamiento para dar conocimiento de la posible existencia de fosas en este lugar. La respuesta del gobierno local fue que se procedería en este caso como en cualquiera de los otros, es decir, no se iban a hacer cargo de los gastos que la investigación e intervención pudieran suponer. Para más complejidad, ni se conocía la identidad de las posibles víctimas allí enterradas ni había familiares reclamando los restos. Contactaron entonces con la Sociedad de Ciencias Aranzadi para tratar de coordinar esfuerzos en la prospección y futura exhumación: no se llegó a un acuerdo.
A falta de acuerdo, apoyo institucional y fondos económicos, la intervención en esta fosa quedó pendiente y, con ello, también el rescate de la memoria de estas víctimas. Finalmente, el parque fue construido y solo se conservan algunas placas funerarias a modo de decoración, pero no pertenecen a los represaliados.
Toledo supone la segunda provincia de Castilla-La Mancha con mayor número de fosas comunes registrada en el Mapa de Fosas, aunque con los datos conocidos gracias a las investigaciones del equipo de Mapas de la Memoria de la UNED pasaría al tercer puesto. Existen 49 fosas en 32 localidades diferentes. Aparecen 16 fosas no intervenidas, 2 no intervenidas, pero dignificadas, 4 exhumadas parcialmente y una que además ha sido dignificada, 12 exhumadas totalmente (aunque la mayoría no ha sido de forma científica y en muchos casos solo un traslado al osario) y una dignificada; 2 han desaparecido y, por último, 11 han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos. Más del 55% de las fosas no han sido intervenidas o han sido trasladadas al Valle de Cuelgamuros. Las cifras de la represión franquista en Toledo siguen sin estar claras, pero los estudios de la última década se acercan cada vez más en torno a las 5000, siendo la razia la forma principal forma de represión durante el conocido como “primer terror”.
Autora: LMC