La llegada del grupo de “Capitán” a la serranía conquense fue decisiva para la configuración del AGL en esta zona, no solo por su asentamiento en las estribaciones del Sistema Ibérico cerca de Landete y Cañete, sino también por sus movimientos en el interior montañoso y por la gran aportación que haría este grupo de guerrilleros a la historia de la guerrilla.
Sin embargo, el año de 1945 es de génesis y configuración, de adaptación a un terreno desconocido. El grupo tuvo que hacer frente al aislamiento del espacio, a las denuncias, enfrentamientos y a la subsistencia. En estas fechas se produjo la llegada de los grupos de “Capitán” al término de Chelva y el de “Delicado” al Pico de Ranera y Casas del Marqués.
La partida de “Hueso Platero” crearía en 1946 una de las bases más sólidas en Santa Cruz de Moya. El 3 de abril fueron detectados cenando en Las Dehesas y Peñacortada (Henarejos). El 17 delatados por el guarda de Las Dehesas, la Guardia Civil de Fuentelespino de Moya y Cardenete, dirigidos por el cabo Juan Villafranca Jiménez, sitió el lugar.
Lograron salir del cerco, por lo que comenzaron las batidas por el monte para capturarlos. La Guardia Civil, acompañada por falangistas y somatenes, patrullaron todos los montes, junto con la ayuda de un grupo llegado desde Madrid. Es la primera gran movilización en Cuenca. Los catorce guerrilleros huidos lograron cruzar la carretera nacional y llegaron a Rodeno de Cañete donde, después de cenar, se dividieron en dos grupos, el de “Capitán” y el de Mateo Martínez “Mateo”, como método de supervivencia. Este último grupo logró permanecer escondido durante ocho meses en Cañete, hasta que “Delicado” los reincorporó en abril a la guerrilla.
Autora: LPG