Lo que en un primer momento se planea como un golpe militar en 1936, deriva en una guerra civil que se prolongará durante tres años. Esto en parte es debido a la manera de hacer la guerra, ya que desde la I GM el concepto es el de guerra de posiciones o trincheras.
Es un episodio que consiste en mantener el frente para evitar el avance del enemigo, por lo que las líneas de combate quedan estancadas llegando a prolongarse meses en el tiempo. Para llevar esto a cabo se realizan trincheras, que son zanjas con una profundidad media entre 0.70-1.80 metros y una anchura media entre los 50-60 centímetros. Estas trincheras se refuerzan en su parte superior con parapetos realizados en piedras, sacos terreros o madera. Además, presenta un trazado sinuoso para que en caso de impacto de proyectiles la metralla no viaje por los estrechos pasillos causando muchos más daños.
Un ejemplo en Castilla la-Mancha es Toledo, ya que, desde los primeros momentos de la guerra hasta su fin, hubo intensos combates en el frente sur del río Tajo, encontrando numerosos vestigios entre los que destacan trincheras, pozos de tirador y bunkers.
La trinchera uno del bando sublevado se sitúa al oeste del Palacio de San Bernardo, se corresponde con una de las que componen la posición número uno. Es un complejo sistema formado por unos 300 metros de trincheras que se establecieron para defender el Palacio de San Bernardo en el mes de octubre de 1936.
Autor GRM