Aunque el 1 de abril de 1939 el general Francisco Franco daba por terminada la Guerra Civil, la paz estuvo muy lejos de llegar al país. La fuerte represión supuso que muchos militares republicanos buscaran refugio en las zonas montañosas de la provincia de Toledo, al igual que ocurrió en el resto de España. A ellos se unieron huidos de las cárceles franquistas, que fueron formando, hasta 1944, pequeñas partidas que actuaban con independencia y por pura supervivencia. A partir de este año, motivados por el contexto internacional, se organizó la lucha guerrillera contra el régimen franquista.
El 27 de octubre de 1946, un grupo de los servicios especiales compuesto por seis hombres de la Comandancia de Toledo y cuatro más de Cáceres se escondieron, vestidos de mujer, en la Garganta de la Ciega (Valdelacasa de Tajo, Cáceres), donde se iban a reunir “Quincoces”, “Soria” y “El Manco”. Cuando estos dos primeros acudieron a la cita, al darse cuenta de la presencia de la Guardia Civil, intentaron huir al monte, pero fueron abatidos antes de lograrlo.
Con la muerte de “Quincoces” se confirmaba la destrucción de la 1ª Agrupación Guerrillera, pues los restos de lo que fue la 14ª División fueron cayendo uno tras otro. La partida de “Quincoces” quedaba aniquilada y la zona Este controlada por la Guardia Civil, culminando con éxito la labor del teniente coronel Eulogio Limia, que era trasladado el 1 de agosto de 1947 a la Comandancia de Ciudad Real, para continuar con la aniquilación de la Guerrilla Antifranquista.
Autora: LPG