En la Casa de Socorro fue detenido el sastre Daniel Burgos Grande el 31 de julio de 1936, que se convirtió en la primera víctima de la represión republicana sobre los considerados enemigos del régimen. Daniel Burgos Grande era jefe del Requeté de la capital, organización que junto a la Falange había participado en la conspiración que llevó a la guerra civil. Como un serio aviso puede entenderse el “cuadro de honor” que el periódico católico El Pueblo Manchego publicaba en su portada del 27 de julio anunciando las dos únicas bajas en su suscripción tras ser incautado el periódico por el Frente Popular. Uno de ellos era el popular sastre. Decidió no rectificar, lo que pudo costarle la vida. La represión de los republicanos sobre los que consideraban simpatizantes o colaboradores de la rebelión militar fue muy dura en la provincia de Ciudad Real y en su capital. En esta ciudad murieron en torno a ciento cincuenta personas entre los meses de agosto y diciembre de 1936. La acción de la justicia, restablecida a partir de septiembre, no pudo evitar los asesinatos en las cunetas, tapias del cementerio o en la famosa noria del cementerio de Carrión de Calatrava, que se convertiría en una fosa común para cientos de ciudadanos de la capital y de los municipios cercanos. El catálogo de razones para morir era muy amplio, desde estar afiliado a alguna organización política de derechas a ser propietario o religioso, entre otras muchas. Normalmente, los personajes escogidos eran llevados a alguna checa para ser interrogados. Unos eran liberados, otros llevados a prisión y al resto se les daba lo que se conocía popularmente como “el paseo”, que les llevaba directamente a la muerte.
Autor: FAM
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