Durante la Guerra Civil las iglesias de Valdepeñas se vieron enormemente afectadas por la contienda a pesar de que la localidad no estuvo situada en zona de frente. Desde el año 1936 los templos de la localidad fueron tomados y saqueados por grupos de ideologías afines a la República. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Valdepeñas fue usada como almacén y taller, así como vivienda para evacuados. Aunque no experimentó grandes daños estructurales, sí sufrió la pérdida de la práctica totalidad de sus imágenes devocionales y sus objetos litúrgicos.
El retablo mayor fue desmontado y quemado pero, sin que aún hoy se sepa cómo, se salvaron seis pinturas sobre tabla de estilo renacentista que habían formado parte de su decoración. Una vez acabada la guerra fueron encontradas ocultas en el coro alto de la iglesia. Se trataba de piezas presumiblemente realizadas en el taller de Fernando Yañez de la Almedina, que fueron recuperadas, restauradas e incluidas en el nuevo retablo de 1958 donde se mantienen en la actualidad. En el edificio había otros retablos también desaparecidos como el de San Lorenzo, de estilo neoclásico y dedicado al patrón de la localidad, o el de la Piedad, situado muy cerca del anterior en la nave norte del templo y de estilo barroco. También se destruyeron los retablos de la Virgen de Gracia y el de San Ramón. Igualmente, fueron quemados el Órgano y el Sacrarium o Relicario que estaba en la sacristía y del que solo quedan las grisallas que lo enmarcaban pintadas en la pared. Entre las imágenes devocionales destruidas destaca un San Pedro, con tiara y vestiduras papales. La imagen de la Virgen de Consolación fue profanada aunque no destruida tirándola al suelo desde su hornacina del altar mayor, arrancándole los ojos y dañando sus manos.
Autora: SGA