Los campos de concentración franquistas surgieron en las primeras horas tras la sublevación del 18 de julio, y se fueron extendiendo por el territorio español con las conquistas militares del bando sublevado. Particularmente, la ofensiva final de la guerra civil en los días de marzo trajo consigo la apertura de nuevos campos de concentración y la habilitación de otros espacios como “centros de detención ilegal y extrajudiciales regidos por la administración militar y utilizados para internar y clasificar, sin juicio, a los prisioneros de guerra y evadidos republicanos”, según el historiador Javier Rodrigo.
De los 38 campos de concentración situados en Castilla-La Mancha, 35 de ellos (el 92% del total) comenzaron a funcionar en las últimas semanas de la guerra, en marzo de 1939. En la provincia de Albacete se han encontrado tres campos de concentración (7’89% del total de Castilla-La Mancha), los localizados en Albacete, en Almansa y en Hellín, siendo los tres campos estables.
De los tres campos de concentración hallados en Albacete, sólo se conoce la localización exacta de uno de ellos: Hellín, en la plaza de toros. De los otros dos campos de la provincia, es decir, de Albacete y de Almansa, no se conoce la localización exacta.
Autor: AVF