El 19 de julio de 1936 la Guardia Civil de Villarrobledo se posicionó a favor del golpe de Estado. Los sublevados buscaron con ello controlar las principales líneas de ferrocarril de la provincia, depusieron al alcalde y se detuvo a los izquierdistas locales. Sin embargo, el día 24 los guardias rebeldes tuvieron que salir a la defensa de la capital de la provincia, Albacete, y las milicias recuperaron la ciudad de Villarrobledo. Con la recuperación del poder republicano, los sublevados pasaron a la cárcel del Ayuntamiento en la noche del 25 al 26.
En la noche del 27 al 28 se produjo la “saca de Villarrobledo” en la que los milicianos sacaron a los presos y los fusilaron en las tapias del cementerio, tras lo cual los enterraron en la fosa de “La Zanja”. Cuatro de ellos fueron dados por muertos y pudieron fugarse; Joaquín Acacio de la Peña fue uno de ellos, pero fue encontrado y transportado al penal de Ocaña donde acabó muriendo 3 meses después: el 19 de octubre de 1936.
En su recuerdo, la familia cedió un cebadal al Ayuntamiento para convertirlo en plaza, donde existe un monumento en memoria de las 136 víctimas de la represión republicana. Además, en el cementerio se realizó otro homenaje, al igual que diversos monolitos que se situaron fuera de la localidad, en cunetas, recordando posibles lugares de represión y asesinatos. El Monumento a los Caídos del municipio fue inaugurado en 1946; en 2018 IU presentó una propuesta para retirarlo, pero el Ayuntamiento lo rechazó debido a que la cesión de la plaza era a condición de mantener el monumento. A pesar de esto, sí se eliminaron a los elementos de simbología directamente franquista.
Autor: RAL