La población de Chillón cuenta con dos fosas en su territorio: una en su propio cementerio y otra en la finca de “El Contadero”. La fosa en su cementerio se abre el 11 de julio 1940 con el asesinato de dos vecinos vinculados con la guerrilla, ambas personas son registradas sin ningún nombre ni identificativo. Al año siguiente, el 23 de julio, se asesinó a Juan José Panizo por supuesto delito de traición. Este mismo destino fue el de Miguel Muñoz Rubio y Antonio Moreno Toledano el 24 de enero del siguiente año. En todos los casos no queda registrado el lugar exacto del cementerio donde se depositaron sus cuerpos ni sus sepulturas, hecho que dificulta en gran medida su localización y posible exhumación. El cementerio de Chillón es muestra de la pena a la memoria: desubicación y privación del nombre a las víctimas y su recuerdo.
En Ciudad Real, el número de fosas localizadas asciende a 62, en las que se han encontrado, según el Mapa Estatal de Fosas, 3158 cuerpos. Sólo el 4% ha sido exhumado al completo. Dentro de la provincia se aprecian marcadas diferencias en torno al tamaño de las fosas: mientras que la fosa de Ciudad Real alberga el 35% de las víctimas totales de la provincia, la de Alcázar de San Juan contiene 12% y la de Almodóvar del Campo se sitúa en tercer lugar con el 8% de las víctimas, la mayor parte de las fosas suelen ser de pequeño tamaño y algunas de ellas contienen tan sólo los cadáveres de miembros de partidas guerrilleras ejecutados individualmente o en pequeños grupos. Además, de las fosas contabilizadas para la provincia de Ciudad Real, 7 fueron trasladadas al Valle de Cuelgamuros, antes denominado Valle de los Caídos.
Autor: RAL.