El 5º Sector, descabezado en noviembre de 1949 con la muerte de “Capitán”, nombró como jefe a un guerrillero autóctono, Víctor Plácido Pérez García “Tomás”, natural de El Picazo. Debido a las incorporaciones desde San Martín de Boniches, todavía contaban con 45 guerrilleros, aunque con escasa actividad. Para evitar los robos y asaltos, contaban con dinero traído de Francia para comprar víveres y se asignó la cantidad de 500 pesetas mensuales para cada guerrillero. Sin embargo, realizaron algunos secuestros, como el del teniente coronel de infantería Antonio Pons y Lamo de Espinosa, retenido el 19 de enero de 1950 en Casas de Moya (Valencia), por cuya libertad su familia pagó 200.000 pesetas.
La Guardia Civil intensificó la presión sobre los familiares de los guerrilleros y aumentaron las redadas, de modo que se redujeron los enlaces de la guerrilla. En La Pesquera cayeron Víctor Pérez García “Tomás”, Pedro Torregrosa “Juanito” y “Gonzalo”. En Chillarón se entregó Martín Molina “Elías” que, para salvar su vida, denunció un campamento situado en el término de Sotos en el que serían abatidos cuatro guerrilleros: Mariano Pardo Fernández “Faico”, Julián Sánchez Huerta “Martín”, Nazario Sáez Montero “Sastre” y Cesáreo Fuentes Ávila “Olegario”. Tomás Labatud Briones “Samuel” y Jesús Ruiz Pérez “José” lograron escapar, pero este último se acabó entregando a las autoridades.
Algunos guerrilleros comenzaron a cuestionarse la viabilidad de la lucha armada optando, en la mayoría de los casos, por la deserción. Sin embargo, esta situación fue vista como un síntoma de debilidad y los dirigentes de la Agrupación optaron por las ejecuciones ejemplarizantes que, en contra de lo pretendido, incrementaron los abandonos.
Autora: LPG